Igualmente, el hecho de nacer en esta tierra le acarreó el sobrenombre de Montano, por el que mundialmente es conocido. Inició sus estudios en
Sevilla, donde se interesó por las ciencias físicas y médicas y, sobre todo, por la poesía, la filosofía, la lingüística y la teología. Años después se trasladó a la que fue su Universidad, la de Alcalá, donde amplió sus conocimientos en medicina, teología, filosofía, las lenguas clásicas (latín y griego) y las semíticas (árabe, hebreo y sirio). Una vez ordenado sacerdote se retiró a la vecina localidad serrana de Alájar.