Primavera en Villagarcía. Los días soleados para mí eran especiales, disfrutaba del
paisaje y me gustaba cruzarme y pararme por la
calle con las personas que apreciaba, el corretear y jugar de los niños, su espontaneidad y sus risas alegres. Recuerdo las veces que miraba el
color del
cielo cambiante con sus tonos rojizos, los días ventosos, y sus estrellas en la
noche, como queriendo decirme algo. Estas cosas tan simples me hacían sentir bien, me transmitían paz, no necesitaba mucho para ser
feliz.
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