Convento de Frailes Franciscanos. Las obras se realizaron con la aportación de donativos y limosnas de todos los vecinos, siendo inaugurado en 1603. Estos frailes permanecieron aquí hasta 1822, año en el que por órdenes
militares se suprimió este convento. El cierre del convento produjo en
Fuentes una fuerte convulsión, ya que la presencia de los frailes era de vital importancia en la vida religiosa, social y cultural, asistían a los enfermos, daban de
comer a los pobres, predicaban y actuaban como consejeros,... La fama de los milagros del
Santo atrajo a muchos fieles, su fama llegó incluso a
Sevilla, lo que convirtió a Fuentes en un pequeño lugar de peregrinación, obligando al
pueblo a cambiar su infraestructura con el aumento de mesones, posadas, incremento de ventas de productos de la tierra,... Por tanto, su clausura produjo un aislamiento que afectó negativamente al desarrollo económico, social y cultural del pueblo.
Después de su cierre como convento, se empleó como
molino de aceite y también como granja.
Actualmente ha sido restaurado, y se ha abierto al público como hospedería.