Desgraciadamente, de todas las personas que aparecen en la foto, sólo tres o cuatro siguen en el pueblo. Cuando partimos hacia otras tierras, creo que muchos lo hicimos con la ilusión de poder volver para estar con nuestros seres queridos siempre, después de un espacio de tiempo suficiente, trabajando duro y ahorrando dinero.
Al principio no se notaron mucho las consecuencias de estas marchas, porque los padres y abuelos que se quedaron estaban sanos y activos para trabajar en las tierras. Sin... Y luego dicen que en el pueblo no hay nadie.