GARGALIGAS: Estoy totalmente de acuerdo con R.G.C. Sobre el tema...

Estoy totalmente de acuerdo con R.G.C. Sobre el tema del río. Todos somos responsables de su degradación, unos por acción y otros por omisión.
El plan debe ser una iniciativa de todos los ayuntamientos de la cuenca del Gargáligas orientada en primer lugar a informar a sus vecinos de la necesidad de tomar medidas para atajar las consecuencias medioambientales (algunas ya irreversibles) por lo que se está vertiendo a sus aguas. Por alpechín se entiende el residuo acuoso proveniente de los procesos de transformación de la oliva en aceite. Contiene el agua de la propia aceituna y las aguas de su lavado y procesado. Es un líquido de color negruzco y olor fétido que suele contener, en suspensión, restos de la pulpa de la oliva, mucílagos, sustancias pectinas e incluso pequeñas cantidades de aceite (un 0'5% emulsionado de forma estable). El color del alpechín varía con el pH (rojizo a pH ácido y verdoso en alcalino). Tiene sabor amargo y aspecto brillante.
Su degradación en la naturaleza, o en plantas depuradoras, es difícil básicamente debido a que contiene productos con poder antibacteriano. Su efecto, en los ríos, playas, costas, campos y también en las depuradores biológicas municipales, puede ser desastroso: produce suciedad, malos olores, mata plantas y peces. Si se quiere evitar este tipo de efectos, es inevitable llegar a cabo un tratamiento correctivo específico. Todas las industrias de cualquier tamaño están obligadas a cumplir unas exigencias en cuanto a vertidos de residuos (tratamientos de efluentes, plantas depuradoras, etc.) que están contempladas en las leyes aprobadas por los políticos y que en algunas ocasiones se quedan en “papel mojado” por la desidia de muchos de ellos; tal es el caso. El dinero público, sea del interior o de los fondos de cohesión europeo, no solo son para sanear sus cuentas corrientes, también se debe emplear para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. En este caso desde la coordinación de los ayuntamientos se tendrían que iniciar los pasos para la progresiva regeneración de sus aguas, primero haciendo cumplir “el que contamina paga” y luego solicitar las ayudas pertinentes.
Saludos,
J. Gala.