Historia:
El área de Granja estuvo densamente poblado en el Neolítico. Especialmente trascendentes son los restos líticos encontrados en "Las Buizas" y en "Los Colanderos".
Los primeros vestigios encontrados -ánforas griegas, monedas ibéricas y romanas-, nos aproximan a algunas colonias griegas aliadas de los romanos que permanecieron en la Península dedicándose a la práctica de la horticultura, creando una especie de granja de donde puede derivar el nombre de la primitiva aldea. Durante todo el siglo XIX y principios del XX se produjo un fuerte crecimiento económico y demográfico, debido en parte a las explotaciones mineras de Santa Bárbara, La Juanita y El Encinar. Su componente más significado, y por el que la población resulta conocida con carácter general, dentro y fuera de la región, es la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, obra gótico-mudéjar del siglo XV. Y de ella en particular, por la preciosa torre que justifica sobradamente el apelativo de la localidad. Dicha torre, se distingue no sólo a nivel comarcal, sino en el ámbito general de la historia del arte. Se trata de una esbelta realización de notable altura, ejecutada en ladrillo aplantillado, formando una completa secuencia de filigranas ornamentales. La iglesia sobre la que se alza está construida en mampostería de piedra sin enlucir, situándose en el centro de la población, con una amplia plaza aneja. Al interior presenta nave única, con la cubierta de madera originaria sustituida por otra de fábrica en el siglo XVIII. El retablo mayor y el órgano, piezas notables del XVIII, fueron destruidos en 1.936. En la actualidad preside la capilla mayor otro moderno de buena hechura, ejecutado por Gabino Amaya.
Los primeros vestigios encontrados -ánforas griegas, monedas ibéricas y romanas-, nos aproximan a algunas colonias griegas aliadas de los romanos que permanecieron en la Península dedicándose a la práctica de la horticultura, creando una especie de granja de donde puede derivar el nombre de la primitiva aldea. Durante todo el siglo XIX y principios del XX se produjo un fuerte crecimiento económico y demográfico, debido en parte a las explotaciones mineras de Santa Bárbara, La Juanita y El Encinar. Su componente más significado, y por el que la población resulta conocida con carácter general, dentro y fuera de la región, es la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, obra gótico-mudéjar del siglo XV. Y de ella en particular, por la preciosa torre que justifica sobradamente el apelativo de la localidad. Dicha torre, se distingue no sólo a nivel comarcal, sino en el ámbito general de la historia del arte. Se trata de una esbelta realización de notable altura, ejecutada en ladrillo aplantillado, formando una completa secuencia de filigranas ornamentales. La iglesia sobre la que se alza está construida en mampostería de piedra sin enlucir, situándose en el centro de la población, con una amplia plaza aneja. Al interior presenta nave única, con la cubierta de madera originaria sustituida por otra de fábrica en el siglo XVIII. El retablo mayor y el órgano, piezas notables del XVIII, fueron destruidos en 1.936. En la actualidad preside la capilla mayor otro moderno de buena hechura, ejecutado por Gabino Amaya.