En cuanto a interés histórico
artístico, sobresale la
iglesia parroquial de 1a Purísima Concepción, obra originaria del siglo XV, remodelada posteriormente en el XVII. Se trata de un
edificio de regulares proporciones, ejecutado con mampostería encalada, y
portada y
esquinas de cantería. La planta es de nave única con cinco tramos, cubierta mediante
bóveda de lunetas. A los pie se sitúa un
coro de somera estructura con baranda de madera, apoyado sobre
columnas graníticas. La cabecera es de planta cuadrangular, separándola de la nave un
arco toral apuntado de granito que evidencia ser de lo más antiguo de la construcción. Cubre este espacio una singular bóveda de crucería de modelo no habitual.
Sobre el costado de la Epístola se adosan dos reducidas
capillas, una con su
cúpula, y a continuación la sacristía al exterior destaca el macizo
torreón centrado sobre los pies, por encima del cual se dispone un segundo cuerpo menor con remate en
capitel. Por el lado de la Epístola también, la construcción presenta cinco estribos de mampostería encalada, y un arco sobre la portada, que confieren a esta
fachada un notable interés formal. Las
portadas son de granito, correspondiendo la mayor
antigüedad a la de este costado. Sobre el arco toral se sitúa una mínima
espadaña correspondiente al esquilón. En diversos Puntos de los muros del templo se adosan
escudos y
blasones nobiliarios.
También merecen atención el Pilar del Concejo, y numerosas viviendas populares de sabor tradicional, destacando entre estas las que aparecen en la
calle Francisco Pizarro.
Desviándonos unos pocos metros en la misma
carretera que no lleva desde Zalamea hacia Higuera podemos ver el Charcón de Zalamea, obra construida en el s. XIX siendo uno de los regadíos más antiguos de la provincia. Pero Higuera tiene su mayor atractivo en las Sierras de Guadámez y en las tablas de
agua que se forman en el
río Guadámez, a unos 5 km. del
pueblo por el
camino de los Quintos de Guadámez.