Los orígenes de
Higuera la Real se remontan a la existencia de un castro conocido con el nombre de Castrejón de Capote, poblado prerromano de la
cuenca del Ardila, entre las poblaciones célticas del suroeste peninsular, situado a unos 7 km de la localidad. Las excavaciones practicadas han descubierto un poblado habitado entre los siglos V y I a. C.; grandes
murallas de
piedra, junto a los profundos barrancos del Sillo y el Álamo, protegían este castro, excepto por un extremo accesible, en el que se localiza un ancho foso y una fortaleza con
torres y bastiones agrupados. Las poblaciones documentales tuvieron su auge en la segunda mitad del siglo II a. C., quizás bajo la tutela de un jefe, cuyo nombre celta, Ablonios, se ha conservado en varios objetos. Hacia el año 100 a. C., el poblado fue súbitamente abandonado, conservándose únicamente un centro de culto, como prueba el hallazgo de un depósito de diversas piezas
romanas fechadas en el siglo I d. C.
La población dependió tradicionalmente de este centro como aldea, bajo el apelativo de Higuera de Fregenal. Higuera, entraría a formar parte de la hipótesis lanzada por Pérez Reviriego sobre la organización en estrella de los asentamientos celtas, localizándose en el término la famosa Losa de Capote. Los investigadores la definen como pieza única y eslabón para un mayor conocimiento de la legendaria Tartesos. En 1633 se independizó de Fregenal mediante el pago de 8.000
escudos, adquiriendo el título de Villa exenta y el nombre de Higuera la Real por concesión de Felipe IV. Actualmente constituye un poblado de notable entidad, con
calles amplias, bien cuidado, pulcro y abundante en
parques,
jardines y hermosas
plazas y otros ámbitos urbanísticos.
Es una población muy antigua, sin que pueda precisarse con exactitud la fecha de fundación. Lo que sí se sabe es que fue conquistada hacia 1.247; una vez arrebatada a los musulmanes, en 1.253 pasará a engrosar el territorio de
Sevilla, si bien, unos treinta años después, Alfonso X "El Sabio" va a donar a la Orden del Temple el
castillo de Fregenal, con su villa y término, del que Higuera forma parte, Orden que la poseyó hasta su extinción en 1.314, fecha en la que volvió a depender del Concejo de Sevilla, donde se aprobaban las propuestas de su
Ayuntamiento, si bien en lo eclesiástico, quedó en el ámbito de la antigua diócesis de
Badajoz.
Entre los años 1.808 y 1.812 la guerra de la Independencia va a azotar de nuevo estas tierras, ocupadas por las tropas del general Ballesteros en 1.811. La situación bélica impidió la realización de nuevas reformas territoriales, que sólo pudieron ser contempladas como un objetivo futuro en el artículo 11 de la Constitución de
Cádiz de 1.812. Por su parte, el gobierno afrancesado de José I va a realizar en 1.810 una división basada en el sistema francés de las prefecturas, por la que Higuera la Real, junto con Fregenal, Bodonal y
Segura de León, se incorpora a la de Sevilla.
En 1.813, tras haberse evacuado la mayor parte de las tropas francesas de la Península, las autoridades españolas consideran llegado el momento de dar cumplimiento al art. 11 de la Constitución, para lo cual se ordena la elaboración de un proyecto de división a Felipe Bouzá. En esta división, que no pudo ser llevada a la práctica al haberse abolido la Constitución tras el regreso de Fernando VII, Higuera continuaba englobada dentro de la provincia de Sevilla. El mismo Felipe Bouzá, junto a José Agustín de Larramendi, es encargado por las Cortes del Trienio Liberal de la elaboración de un nuevo proyecto de división, que entrará en vigor en 1.822, y por el cual Higuera la Real es separada de Fregenal y Bodonal, y se incorpora a la provincia de
Huelva.
En el siglo XV, favorecida por la política de repoblación de las tierras conquistadas a los musulmanes, al igual que el resto de la comarca, experimenta una etapa de expansión económica, social y artística, de la que son magníficos exponentes la
iglesia parroquial de
Santa Catalina y la iglesia de
San Bartolomé. La pérdida de atribuciones políticas por parte del Concejo de Sevilla va a tener lugar cuando por Real Privilegio de Felipe IV, fechado en
Madrid a once de julio de 1633, se le concedió, a cambio de 8.000 ducados, el título de villa, la delimitación del territoriocorrespondiente a su término municipal, jurisdicción autónoma en materia civil y criminal en primera instancia, y la categoría de Real, que desde entonces ostenta, en lugar del apelativo "junto a Fregenal" que indicaba su dependencia del núcleo frexnense, compartiendo únicamente con Fregenal y Bodonal lo relativo al aprovechamiento de los pastos.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de
Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de
Jerez de los Caballeros. 3 En el censo de 1842 contaba con 1021 hogares y 2982 vecinos