Historia:
Antiguamente habia una casa alojada en la salida por la asomailla que la llamaban la casa sola esa Casa era propiedad de Dna Maria Reyes Guerrero viuda de Don Francisco Cabanillas Calderon y Los cuales tenian fama de ser los amantes de Teruel Fueron unoa de Las Familias Mas nombradas en dichas tierras y a la cual hay que hacer un tremendo omenaje ya que una de las principales raices de Hornachos es La misma.
Las pinturas esquemáticas que proliferan en sus cercanías evidencian que ya en tiempos prehistóricos existieron en ese ámbito asentamientos humanos. Castro celta más tarde. Hornachos se identifica después con la Fornacis romana surgida en torno a las minas existentes en ese punto. Poblada también en tiempo de los visigodos, la tradición la señala incluso como refugio de San Hermenegildo en la huida de su padre, el arriano Leovigildo. Durante la ocupación musulmana se mantuvo poblada también, datando de esa época la fortaleza primitiva de adobe, luego reconstruida en piedra por los cristianos, que corona sus cresterías. En 1234, fue ocupada por la Orden de Santiago, integrándose en sus dominios como cabeza de Encomienda. A finales del siglo XIV, era cabeza de Partido con jurisdicción sobre 14 aldeas y sede de un Gobernador, rango que mantuvo hasta 1640, en que debido a la decadencia pasó a Llerena. Después de su ocupación por los cristianos el núcleo continuó habitado mayoritariamente por sus anteriores moradores árabes, situación que se mantuvo hasta la expulsión de los moriscos en 1610. Durante este tiempo en Hornachos no hubo casi otros cristianos que el Comendador santiaguista, un párroco, y ya más tarde, algunos frailes franciscanos. En ciertos momentos parece que no contó ni siquiera con iglesia. Con motivo de la sublevación de 1526 Carlos I ordenó demoler la población, entonces establecida en la zona alta más próxima al castillo, resurgiendo después el caserío en el lugar que hoy ocupa. A finales del XVI el núcleo estaba rodeado por un cerco amurallado y contaba con más de 10.000 habitantes, siendo el foco morisco más importante de España. Tras su salida de la Península los hornacheros fundaron una curiosa república pirata en Salé, cerca de Rabat, que se mantuvo activa durante algunos años. Actualmente, la localidad sigue conservando la huella de su pasado en los tejidos más antiguos, cuyas calles empinadas y tortuosas, formadas todavía en ciertas zonas por edificaciones que evocan los esquemas constructivos moriscos, ofrecen sugestivos rincones de insuperable pintoresquismo en las de Ribera, San Francisco, Chamorro, Peña, Enfermería o Plata, Tellada, Larga, Gata, Nogueras, etc.
Las pinturas esquemáticas que proliferan en sus cercanías evidencian que ya en tiempos prehistóricos existieron en ese ámbito asentamientos humanos. Castro celta más tarde. Hornachos se identifica después con la Fornacis romana surgida en torno a las minas existentes en ese punto. Poblada también en tiempo de los visigodos, la tradición la señala incluso como refugio de San Hermenegildo en la huida de su padre, el arriano Leovigildo. Durante la ocupación musulmana se mantuvo poblada también, datando de esa época la fortaleza primitiva de adobe, luego reconstruida en piedra por los cristianos, que corona sus cresterías. En 1234, fue ocupada por la Orden de Santiago, integrándose en sus dominios como cabeza de Encomienda. A finales del siglo XIV, era cabeza de Partido con jurisdicción sobre 14 aldeas y sede de un Gobernador, rango que mantuvo hasta 1640, en que debido a la decadencia pasó a Llerena. Después de su ocupación por los cristianos el núcleo continuó habitado mayoritariamente por sus anteriores moradores árabes, situación que se mantuvo hasta la expulsión de los moriscos en 1610. Durante este tiempo en Hornachos no hubo casi otros cristianos que el Comendador santiaguista, un párroco, y ya más tarde, algunos frailes franciscanos. En ciertos momentos parece que no contó ni siquiera con iglesia. Con motivo de la sublevación de 1526 Carlos I ordenó demoler la población, entonces establecida en la zona alta más próxima al castillo, resurgiendo después el caserío en el lugar que hoy ocupa. A finales del XVI el núcleo estaba rodeado por un cerco amurallado y contaba con más de 10.000 habitantes, siendo el foco morisco más importante de España. Tras su salida de la Península los hornacheros fundaron una curiosa república pirata en Salé, cerca de Rabat, que se mantuvo activa durante algunos años. Actualmente, la localidad sigue conservando la huella de su pasado en los tejidos más antiguos, cuyas calles empinadas y tortuosas, formadas todavía en ciertas zonas por edificaciones que evocan los esquemas constructivos moriscos, ofrecen sugestivos rincones de insuperable pintoresquismo en las de Ribera, San Francisco, Chamorro, Peña, Enfermería o Plata, Tellada, Larga, Gata, Nogueras, etc.