A la izquierda de la
portada, un cuerpo forma esquinazo y sobre él se levanta otra plataforma rectangular que lleva una torreta para las
campanas con un vano en cada cara. Tras la exclaustración del
edificio fue enajenado por el Estado, siendo
comprado por el marqués de Rianzuela, que lo restauró estableciendo en él un
colegio de Segunda Enseñanza. Más tarde fue convertido en viviendas particulares y al día de hoy presta nuevos servicios docentes.