De tal manera, uno de los principales atractivos de Jerez es precisamente el recorrido de su tortuoso urbanismo, pleno de panorámicas insospechadas. Estructuralmente la población se asienta sobre dos colinas que constituyen sus focos iniciales. En una se levanta el
castillo y la
iglesia de
Santa María de la Encarnación, y en la otra la iglesia de
San Bartolomé.