En el siglo XIII, Xeres fue conquistada por Alfonso IX de
León con ayuda de la Orden del Temple, a la que se le daría el control de la ciudad en 1240. Bajo dominio templario, Xerez, ahora «de los Caballeros», comienza un proceso de crecimiento poblacional y económico nunca antes visto. Fue en esta época en la que se construyeron muchos de sus
edificios más emblemáticos, incluyendo el
castillo, la
muralla y la
iglesia de
San Bartolomé.