De los cinco
torreones defensivos que se conservan, el más representativo es la
Torre del
Homenaje o Torre Sangrienta, escenario de uno de los episodios más violentos de la
historia de
Jerez de los Caballeros por ser el último lugar de
refugio de los caballeros de la Orden del Temple antes de ser derrotados y degollados por las tropas reales.