Destaca por su
torre barroca, profusamente decorada.
La
iglesia, que se construyó durante la segunda mitad del siglo XV y primeros años del siglo XVI en estilo
gótico final, fue sucesivamente ampliada en los dos siglos siguientes.
Consta de planta de
cruz latina con tres naves y varias
capillas adosadas, además de la sacristía. La
capilla mayor, ampliada a finales del siglo XVI, alberga un notable
retablo barroco (1691) de José de la Barrera.
Destacan su
portada del Evangelio y la torre (1759), en ambos casos barrocas del siglo XVIII. La portada es una
fachada-retablo con cuatro
cerámicas vidriadas que representan a
santos.
La torre es de tres cuerpos, el primero de sillares de granito y los otros dos profusamente decorados mediante yeserías,
cerámica, ladrillo y barro vidriado; remata en una linterna con cupulín.