Isabel Plata Gómez
Adiós mamá. Nunca imaginé que esta
comida fuese la última que compartiríamos. Pocos días después, comenzaba un
camino arduo y escabroso hacia clínicas y hospitales.
Noche y día estuve contigo, siempre a tu lado, pero inevitablemente te fuiste sin que yo pudiera evitarlo.
Hasta siempre, mamá. Somos del Señor y al Señor volvemos. Seguro que El estará tan orgullo de tu caminar por la tierra como lo estoy yo. Te has ido cargada de buenas acciones. Tu solidaridad con los pobres
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