¡Es tan hermosa
La Codosera! Su entorno natural, con
paisajes que te hacen soñar, cuando los admiras, que el mundo es, todavía, un paraíso y no un estercolero. Pero no solo tienes que mirar sus bellezas físicas, mira , también,
amigo, la amabilidad de sus habitantes, la simpatía y la educación de su gente, los que siempre te saludan cuando te ven por la
calle, por el
campo, etc., aunque no te conozcan. Se paran y hablan contigo para integrarte en el ambiente. Esta es una virtud que se ha perdido
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