Para Simon Alcores: Yo tambien veía un mapa, de España y Portugal, que había en un tapete que colocaban sobre una camilla en una taberna que había en la Tojera. Allí jugaban a las cartas y le daban unos porrazos de muerte cuando cantaban las veinte o las cuarenta, sobre todo un portugués que se llamaba Sanuario. Una vez cantó las cuarenta en bastos con tanta fuerza que saltaron los vasos de café y salpicaron a un guardia civil que estaba comprando tabaco. Todo el mundo se asustó y nos callamos temiendo la reacción del guardia. Este era un hombre alto y muy serio (pero también muy buena persona) que se apellidaba Leco. Se volvió hacia los que jugaban en la mesa, se rió y le dijo al de la taberna que les pusiera otos cafés que él los invitaba. Nos quedamos todos sorprendidos y, a partir de aquel día, cada vez que veía al guardia Leco montado a caballo (con lo que parecía aún más grande, salía a su encuentro para saludarlo.
Un día que fuí a La Codosera, a coger la Estellesa para ir a Badajoz, ví otro mapa igual en casa de María la Pardala, que llevaba el bar de la Parada. Allí estuve jugando a señalar viajes sobre el tapete, con el dedo, hasta que sacaron el autobús de la cochera y nos marchamos. Recuerdo a algunos de los viajeros de aquella mañana: Sebastiana la de los Dulces, el tío Caldito, Martín Borrajo Manzano (Martín Gorda), Eusebia su mujer y su hijo Lorenzo, Manolo el de las telas, María la chila y otros más que no recuerdo sus nombres.
Un día que fuí a La Codosera, a coger la Estellesa para ir a Badajoz, ví otro mapa igual en casa de María la Pardala, que llevaba el bar de la Parada. Allí estuve jugando a señalar viajes sobre el tapete, con el dedo, hasta que sacaron el autobús de la cochera y nos marchamos. Recuerdo a algunos de los viajeros de aquella mañana: Sebastiana la de los Dulces, el tío Caldito, Martín Borrajo Manzano (Martín Gorda), Eusebia su mujer y su hijo Lorenzo, Manolo el de las telas, María la chila y otros más que no recuerdo sus nombres.