¡Es tan hermosa La Codosera! Su entorno natural, con paisajes que te hacen soñar, cuando los admiras, que el mundo es, todavía, un paraíso y no un estercolero. Pero no solo tienes que mirar sus bellezas físicas, mira , también, amigo, la amabilidad de sus habitantes, la simpatía y la educación de su gente, los que siempre te saludan cuando te ven por la calle, por el campo, etc., aunque no te conozcan. Se paran y hablan contigo para integrarte en el ambiente. Esta es una virtud que se ha perdido en las grandes ciudades, donde todos somos desconocidos y donde las prisas nos agobian el alma, trastocándonos de tal forma que no nos dejan vivir.
Por eso yo, me he ha comprado un piso en este pueblo y me escapo siempre que puedo o en cuanto se me tuercen los nervios con el fin de recargar las pilas allí, entre los paisanos.
P Cordero A.
Por eso yo, me he ha comprado un piso en este pueblo y me escapo siempre que puedo o en cuanto se me tuercen los nervios con el fin de recargar las pilas allí, entre los paisanos.
P Cordero A.