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------CARTA DE AJUSTE-------

(A ver si Ramón, que mañana estará a los grifos -en el pantanillo- me hace un hueco y me sirve un pitarrita fresco).

Nos vemos,
Me gustaria saber quien es el niño que esta a la izquierda del maestro, de pie y con chaqueta
El Altozano jabeño -tramo urbano de la antigua carretera de Quintana- es el reino que me espera: una placentera atalaya para consumir, en las madrugadas del verano sereno, ese plus de vida que tenemos concedidos los insomnes.

Disfrutando de él, desde el duermevela de la mecedora, recuerdo haberme conciliado con perros sin amo –igualmente insomnes- que se me acercaban sumisos a lamerme las piernas arañadas de mi andar por las rastrojeras; he escuchado gallos desquiciados anunciar el amanecer con ... (ver texto completo)
Marre, si andas por el Valle el dia 15, no vemos en las cuatro, Polin
Según informaciones, del pueblo, que ha muerto, la mujer de Juan Manuel, (el tigre) mi mas sentido pésame a toda la familia, también a Alfonso (rincompio) nuestro compañero en el foro, que es primo hermano de su marido. Un abrazo.
Me llamo Paula me asiento orgullosa de ser valleja
Calle cañadilla
Sigo con interes tu " ¿autobiografia?", interesante tránsito por este dificil paraje, saludos amigo Victor.
TRES PRIMERAS SENSACIONES, 1968.
(Con el denominador común de incrementar la frecuencia cardíaca)

Una, amor.

Los hombres, en nuestra torpe y grosera vanidad, siempre queremos ser el primero para con la mujer; ellas, más sutiles e inteligentes, prefieren que el hombre del que se trate sea el último en su vida. Pero unos y otras, todos sin excepción, sentimos nuestro primer amor. Yo, como es seguro que vosotros también, disfruté y sufrí esa perturbadora experiencia en el entorno de la adolescencia ... (ver texto completo)
contra y no hacia el ósculo iniciático
pues si, mu bonito era el autobús de Ramón... seguimos:

Denostado lo efímero del divertido interludio, mi apoteósico
desembarco en la patria común quedó algo deslucido por la
exterioridad del cuartel, tácticamente puesto en descanso
denominado en breve, sin paliativos, la transición. Desempaquetando
bártulos, la incipinte perora del cabildo de la blanca, precaria
para ligar que lo regentaba un cochófer del postrero viaje del
centinela de occidente, meritoriamente ascendido a jefe, consiguió
animarme, no obstante la gripe me asaltara, quiebro a la izquierda,
enfilando el legendario Paseo de Extremadura, intrigándome la
perspectiva despejada de agro.

plego que se me hace tarde; no se si te habré contado que he cambiado lo de "el presunto" por "el diletante";
salud y..... anarquia. ... (ver texto completo)
Se puede comer en la piscina? Hay chiringuito que de comidas dentro?
Mu buenas noches.

Claro que sí, hombre de dios: aquí en La Jaba, hay de to. Y a ver si cuando entres aquí otra vez, antes de mentar la comitela, saludas una miajina que poca tinta te cuesta.
TRES PRIMERAS SENSACIONES, 1968.
(Con el denominador común de incrementar la frecuencia cardíaca)

Una, amor.

Los hombres, en nuestra torpe y grosera vanidad, siempre queremos ser el primero para con la mujer; ellas, más sutiles e inteligentes, prefieren que el hombre del que se trate sea el último en su vida. Pero unos y otras, todos sin excepción, sentimos nuestro primer amor. Yo, como es seguro que vosotros también, disfruté y sufrí esa perturbadora experiencia en el entorno de la adolescencia jabeña y sentí, entre otras sensaciones: alegría incontenible, deseo exacerbado, pasión a raudales, estremecimiento, celos, miedo, tormento, y el desquiciado latir del corazón.

Dos, emigración.

Aun chiquininos, mu fuertes hubimos de aparentar ser para desprendernos de lo nuestro y de los nuestros; para cambiar los caminos escoltados de jarales y encinas por gigantes de cemento; para mantenernos dignos en las ciudad donde cambiamos el sudor del campo por lágrimas de nostalgia: la despedida primera del emigrante siempre produce un desgarro, y un incremento de pulsaciones cardiacas.

Tres, velocidad.

La sensación placentera de conducir nuestro primer coche (aquel seiscientos de segunda mano) también nos aceleró el corazón como el primer amor: y casi siempre, como este, terminaba eschangado y dejándonos alguna que otra herida.

(Se podría añadir, como una cuarta primera sensación, un épico viaje a la primavera de París, donde pudimos verificar cómo los trabajadores y los estudiantes, unidos/sumados, aclararon el concepto de “sinergia” en política: aquel mayo fue la primera marea).

Mu buenas noches a to el jabeñerío,
, ... (ver texto completo)
Se puede comer en la piscina? Hay chiringuito que de comidas dentro?
Es que un gracioso, psiquiatra por más señas, sin postigos, me dijo que tenía problemas de expresión y no quiero dejarle en evidencia. Pero ya escribiré de manera menos "histórica". Prosigo:

Probablemente decisiva a la hora de endosarme las egregias preferncias
corporativas, en la tocante a mi status profesional me adscribí de
inmediato al proletariado, criando malvas por las traseras de los altos
menesteres que ahora reclamaban nuestra laboriosidad.
Por la tangente del Credo excluyo haberme ... (ver texto completo)
Veo, Victoriano, que ya tienes título, ¿no?. Bueno, testoy siguiendo, con alguna nieblina, pero te sigo.

La salud es lo que importa,
EL AUTOBÚS DE RAMÓN,

Pocas cosas encogen tanto el corazón como despedir a los seres queridos cuando emigran por necesidad. En los primeros años sesenta estábamos bien servidos de esta sensación que tanto desgarro nos producía: recuerdo cómo se llenaba aquel autobús de Ramón con jabeños que iban a hacer las cataluñas. Allí, en el antiguo arroyo, frente al bar de Julián “el Gato”, chascho, qué nudo en la garganta se me hacía al verlos abrazados a sus madres, o a sus hijos, ….; recuerdo los contenidos ... (ver texto completo)
Ola soi del valle hace muchos qenoboi al valle pero espero ir ponto. Un saludo paula
Es que un gracioso, psiquiatra por más señas, sin postigos, me dijo que tenía problemas de expresión y no quiero dejarle en evidencia. Pero ya escribiré de manera menos "histórica". Prosigo:

Probablemente decisiva a la hora de endosarme las egregias preferncias
corporativas, en la tocante a mi status profesional me adscribí de
inmediato al proletariado, criando malvas por las traseras de los altos
menesteres que ahora reclamaban nuestra laboriosidad.
Por la tangente del Credo excluyo haberme dicho ateo del campo
interrogatorio, y particularmente advertido del devenir del juramento,
modernamente elucidado por suficiente nominable, Polidori aparte, la
concurrencia uniformada extempórea, reconvertida avanzadilla neoliberal
subordinada a economías por capitalizar, contempló circunspecta mi
flamante marcialidad excitada hacia el ósculo iniciático, sin perjuicio
de las futuras mutaciones que habrían de completar mi masculinidad,
consumado el larvado ascenso.
Tampoco tuve sentimientos encontrados abandonando los saludables aires
invernales de la cercana Guadarrama, católica sierra extrañamente
aficionada a los petates veraniegos, portadora de teorias por elaborar
generosamente abiertas a la veteranía del mando vivaqueante, valeroso
difusor de tan sibilinos conocimientos, sorprendentemente prosaicos
revelados a la prístina oreja del paciente bisoño

Y hasta aquí llegamos por hoy: salud y anarquía. ... (ver texto completo)