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LA HABA: Bien, Victoria, estoy un pelín cansado pero vamos machacando....

Leganés, que tal?
También estudiaste liturgia,ó fuiste monaguillo?. Lo pregunto por tu comentario del alba de tia Natalia. Me ha hecho ilusión recordar esa prenda. Primero iba el amito, luego el alba, la casulla, el cíngulo y la estola. El color dependia del tiempo liturgico. En el altar debía tener el ara o piedra sagrada, que contenia reliquias de los santos. El crucifijo que se colocaba en el centro y dos candelabros con velas de cera, el atril con el misal y las sacras. En una mesa cercana al altar llamada credencia, estaban las vinajeras. Ya ves se nos salia la liturgia por las orejas.
A Andrea le informo, que la calle que cruzaba la de Jesús es la Calle Nueva, y en ella está la casa de mis abuelos que era la escuela. La de mis padres está efectivamente en el rincón, que es donde vivo. A propósito, el nombre de Calle Nueva se le adjudicó por ser las ultimas que se hicieron en el pueblo (mi padre ya habia nacido), y en su construción participó el bisabuelo de Leganés, llamado Benigno, que hizo la casa contigua a la de mis abuelos para una hija suya llamada Ramona (por eso dije al principio, que la amistad venía de antiguo)... Hoy estoy haciendo un batiburrillo, que pa'qué!, escribo lo que me va viniendo al filo de la memoria, aunque estoy en esos dias (no, los de la regla, no), los de la fibromialgia que me deja para el arrastre. Pero no va a con poder conmigo, "con la Iglesia se ha topao" y mientras pueda mover un dedo seguiré al pie del cañón.
Saludos a todos, y escribid, que Leganes se mosquea y con razón, aunque sean tontadas como las mias de hoy.

Bien, Victoria, estoy un pelín cansado pero vamos machacando.
Qué bien te sabes la vestimenta sacra, eh?. Yo fui monaguillo del padre "Regaliz", de don Pedro y de don Juan; este último fue, con diferencia, al que más admiré; su adaptación al pueblo fue un camino de espinas pues un grupo de beatas, lideradas inexplicablemente por su antecesor, intentó torcer la voluntad del obispo (José María) en el sentido de perpetuar a don Pedro cómo párroco jabeño. No sé si recordarás la "guerra santa" que se apoderó del pueblo, unos a favor y otros en contra del nuevo cura, el hecho fue que La Haba se dividió en dos mitades, cada una apoyando a su candidato; aquello fue terrible por el mal ejemplo que dieron los llamados a sembrar concordia. Doy fe de que mucha gente se "puso a mal", y algunos murieron enconados y sin dar su brazo a torcer. Yo, visto lo visto, colgué los hábitos, Victoria.
Muchos años después, creyendo que aquello estaba olvidado, me acerqué a una paisana nuestra, muy pía ella, y la pregunté: ¿oye Fulanita, tú por qué te pusiste del lado de don Pedro?, y ella me contestó "Cómo me iba yo a poner de parte de don Juan, un cura que fumaba caldos de gallina y al que se le veían los pantalones debajo de la sotana". Y es que cuando te responden con razones teológicas de este peso no hay nada que hacer.
Buenas noches a todos.
P. D. Quiero animarte a que descargues tu cabeza de tanto y tanto recuerdo antiguo, de tu cabal memoria, te animo en fin a que compartas con todos nosotros tanto acontecimiento como tienes en tu cabeza. Cuidate.