La mejor medicina contra la nostalgia es volver a revivir estos maravillosos momentos, no fueron aquéllos, pero puedes recordarlos y vivirlos nuevamente: La Luna saliendo del Castillo de Magacela, la noche indescriptible de millones de estrellas, el paisaje, que de una estación a otra cambia de color, la sapiencia y generosidad de la gente del campo, la Antigua...
y además, de la alegría de poder disfrutar otros placeres terrenales de un buen tomate, de unos embutidos, quesos y embutidos excelentes, qué decir del sabor de las sandías y de los melones de secano, por no decir de unas buenas cervecitas o una buena comida por la zona.
Tampoco podemos olvidar la cantidad de lugares que se pueden visitar en los alrededores.
Antes se emigraba por obligación, pero ahora podemos ir al Haba por diversión.
y además, de la alegría de poder disfrutar otros placeres terrenales de un buen tomate, de unos embutidos, quesos y embutidos excelentes, qué decir del sabor de las sandías y de los melones de secano, por no decir de unas buenas cervecitas o una buena comida por la zona.
Tampoco podemos olvidar la cantidad de lugares que se pueden visitar en los alrededores.
Antes se emigraba por obligación, pero ahora podemos ir al Haba por diversión.