Hola a tod@ssss. como llevais vuestra vidaaa. yo por aqui terminando la festividad de los santos y con las castañas asadas y las gachas.... que buenassss. este finde con la asociacion de mujeres de aqui de este mi pueblo hemos estado haciendo roscos, flores, pestiños y gachas para vender a toda la gente que ha visitado el pueblo. y lo que he disfrutado..... a Victoria no le digo por que ya sabe quien soy, y ya recuerdo cuando la ceniza vivia casi enfrente de su casa y ya vi la foto en la revista del pueblo. muchas gracias! y prometo la proxima vez que vaya a la haba de buscarte y tomarnos un cafe. vale? un abrazo a tod@s los forer@s...
Me alegro, Andrea, de verte contando cosas de las que disfrutas, ya ves cómo en pocos días tu estado de ánimo supera la tristeza y te brinda momentos felices. Todos nos alegramos mucho.
Otra cosa, ésa chica (hija de mineros) de cintura muy fina, delgada, morena, con gafas de pasta negra y cristales gruesos, ¿es, como dice Victoria, Juanita?. No sabía yo que fuera hermana de mi amigo el militar, ¿es así?. Bueno, ya me contarás.
Y ya, pasando a mayores, debo decirte que prefiero el olor a migas, (ya dije el otro día que era inútil tratar de describir un olor). Recuerdo a mi padre (q. e. p. d.) revolviendo la paleta una y otra vez, siento ahora el sonido de la miga caliente como el arder de una rastrojera pero en bajito, cómo aparecían y desaparecían en el pan aquellos ajos encarnados que tanto me gustan, y el tocino con veta y con grasilla reluciente, y el revolver y revolver hasta encontrar un tostón ardiente (con qué amor se lo ponía mi padre en la palma de su mano para ofrecérmelo), y más vueltas a las migas que rechinaban casi chispeantes, qué bien manejaba la sartén encima de aquella trébede (estrébede en jabeño) de tres patas, veo las ascuas de la lumbre en las que encendía un pitillo tras otro, y, ya alfinal, siento aquí cerquita el pum pum acompasado de la paleta dando los últimos toques antes de disfrutarlas. Al final, con leche o con café, ¡migas canas para todos!.
Qué tiempos aquellos: hoy, I. M., allá donde estén, nuestros mejores recuerdos para aquellos que no están y que, sin embargo, son para siempre nuestros.
Buenas noches a todos.
Otra cosa, ésa chica (hija de mineros) de cintura muy fina, delgada, morena, con gafas de pasta negra y cristales gruesos, ¿es, como dice Victoria, Juanita?. No sabía yo que fuera hermana de mi amigo el militar, ¿es así?. Bueno, ya me contarás.
Y ya, pasando a mayores, debo decirte que prefiero el olor a migas, (ya dije el otro día que era inútil tratar de describir un olor). Recuerdo a mi padre (q. e. p. d.) revolviendo la paleta una y otra vez, siento ahora el sonido de la miga caliente como el arder de una rastrojera pero en bajito, cómo aparecían y desaparecían en el pan aquellos ajos encarnados que tanto me gustan, y el tocino con veta y con grasilla reluciente, y el revolver y revolver hasta encontrar un tostón ardiente (con qué amor se lo ponía mi padre en la palma de su mano para ofrecérmelo), y más vueltas a las migas que rechinaban casi chispeantes, qué bien manejaba la sartén encima de aquella trébede (estrébede en jabeño) de tres patas, veo las ascuas de la lumbre en las que encendía un pitillo tras otro, y, ya alfinal, siento aquí cerquita el pum pum acompasado de la paleta dando los últimos toques antes de disfrutarlas. Al final, con leche o con café, ¡migas canas para todos!.
Qué tiempos aquellos: hoy, I. M., allá donde estén, nuestros mejores recuerdos para aquellos que no están y que, sin embargo, son para siempre nuestros.
Buenas noches a todos.