En esta tarde gris y lluviosa, me han venido a la memoria recuerdos de la feria de marzo, San José, de mi niñez los mejores recuerdos de días de fiesta son de aquellas fechas, veo que no les hemos dedicado ni unas líneas, será que ya no se celebran o han pasado a un segundo plano porque lo que la hacían importante era por ser una de las mejores ferias ganaderas de la comarca.
Que ilusión y que gozo para los niños ver montar los caballitos, tómbolas, casetas de tiros, los turroneros, Antonio el dulcero de Magacela (que cambio la descendencia), y todos los demás cachivaches que llenaban la Plaza, alrededores arroyo y la explanada del Gato.
En esos días la avalancha de gitanos y mercheros de Campanario, Quintana y demás pueblos de alrededores invadían callejas donde los gitanos acampaban y los que podían pagarlo alquilaban todas las cuadras del pueblo para su ganado y habitaciones o cualquier rincón para dormir, los recuerdo bien porque en mi casa en la feria siempre teníamos inquilinos (unos señores vestidos con un blusón negro y, os aseguro que manejaban dinero), pagar debería ser muy poco, mi abuela decía que para comprar el turrón de Castuera, claro que lo que compraba eran como ladrillos, para romperlo se empleaba una maza, esas pequeñas cosas forman parte de una vida y recordarlas me ha parecido bonito, seguro que muchos tenéis infinidad de anécdotas relacionadas con esa población nómada que por unos días estaban en el pueblo, recuerdo un nacimiento de un gitanillo detrás de mi corral, todas las vecinas le llevaron ropa, una de ellas lo amadrino y ese chico fue durante muchos años a visitarla, o eso es lo que me contaron.
Esto es para avivar el recuerdo y desintoxicarnos un poco de política, porque la verdad es que esperanzadora en estos momentos para mi no es.
Saludos a todos.
Que ilusión y que gozo para los niños ver montar los caballitos, tómbolas, casetas de tiros, los turroneros, Antonio el dulcero de Magacela (que cambio la descendencia), y todos los demás cachivaches que llenaban la Plaza, alrededores arroyo y la explanada del Gato.
En esos días la avalancha de gitanos y mercheros de Campanario, Quintana y demás pueblos de alrededores invadían callejas donde los gitanos acampaban y los que podían pagarlo alquilaban todas las cuadras del pueblo para su ganado y habitaciones o cualquier rincón para dormir, los recuerdo bien porque en mi casa en la feria siempre teníamos inquilinos (unos señores vestidos con un blusón negro y, os aseguro que manejaban dinero), pagar debería ser muy poco, mi abuela decía que para comprar el turrón de Castuera, claro que lo que compraba eran como ladrillos, para romperlo se empleaba una maza, esas pequeñas cosas forman parte de una vida y recordarlas me ha parecido bonito, seguro que muchos tenéis infinidad de anécdotas relacionadas con esa población nómada que por unos días estaban en el pueblo, recuerdo un nacimiento de un gitanillo detrás de mi corral, todas las vecinas le llevaron ropa, una de ellas lo amadrino y ese chico fue durante muchos años a visitarla, o eso es lo que me contaron.
Esto es para avivar el recuerdo y desintoxicarnos un poco de política, porque la verdad es que esperanzadora en estos momentos para mi no es.
Saludos a todos.