LA HABA: Hola a todos:...

Hola a todos:

Como digo siempre, unos recuerdos atraen a otros. Hoy he rememorado el reto de mojar la oreja, que recuerdo muy bien. Debía ser el equivalente de los nobles, a retar arrojando al contrincante el guante. En cuanto a las peleas y los líderes, también era como lo cuenta Leganés. Pero yo recuerdo "las guerrillas", los de la calle la perra (no sé por qué) se la tenían jurada a los de la calle alta. En realidad yo creo que se dividían en dos bandos, que separaba el arroyo, como si se tratará del Rubicón. Yo me posicionaba con los de mi lado, claro, porque entraba mi hermano, mi primo "José Cazurro" y los de mi zona. Cuando iba a haber guerrilla, mándaban un emisario: "- Que esta tarde hay guerrilla en la rebolla!.-
Empezaban los mayores a trazar la estrategia y ls pequeños a recoger proyectiles, piedras pequeñas, manejables y redondeadas pero contundentes. Si se filtraba la noticia, mi abuela sacaba la copa de lata con forma de cáliz y llena de chavos, de todos los tamaños y colores. Unos con más cardenillo que otros, porque ya sabía que de estos dignos descendientes de Viriato, alguno salían "jeríos". Respecto a la medicina... se contaban los chinchones, y a chavo por chinchón. En la cabeza de mi hermano, podían coincidir dinastías tan irreconciliables como los Austrias y los Borbones.
Dependiendo del resultado de la contienda, quedaban para descalabrarse en otra zona la próxima vez, previo aviso del mensajero.
Pero que brutos eran señor!. Si hoy un muchacho se dá un golpe de aquellos, le hacen una resonancia, un tac o le meten en la Uci directamente. Entonces decían a la madre del herido:
- Mujer que la sangre es muy escandalosa,... que la cabeza es la parte más dura.- Sino le daban una zurra encima, por meterse en líos!.
Bueno ya seguiremos con nuestras cosas, el mocho, el piso, tantos juegos...
Un abrazo a tod@s
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Jopé, Victoria, cómo me ha hecho de feliz tu relato. Lo de los chavos, genial. Yo los utilizo mucho hablando, pero ya había olvidado que los utilizábamos, como el Dr. Trueta la escayola, para curar. A mí, una vez me curaron una "pitera" fruto de una guerrilla, con los de la calle alta por cierto. Y tengo una "botana" de recuerdo. Muy bien, todo muy acertado.

Saludos afectuosos,