LA HABA: Es verdad, UNOMAS, se está perdiendo eso de cantar....

Y pasó Nochebuena y también Navidad, un año más con el mismo ceremonial de siempre, bueno de ahora, hoy ya no se canta, solo se come y compra, el recuerdo de mi niñez es muy distinto, veo nuestro pueblo medio a oscuras donde un montón de chiquillos corretean con sus panderetas y zambombas, construir este último elemento musical era todo un ceremonial, como la matanza ya estaba hecha, se reservaba la piel o tela de la manteca del cerdo o la vejiga –hay que ver como se aprovecha todo de este digno animal- y con ello se cubría una vasija de barro, un orificio arriba donde se colocaba el carrizo y a tocar y cantar: zambomba, zambomba, carrizo, carrizo, los hombres del campo no comen chorizo……, en todas las casas se cantaba durante muchas noches antes de la Nochebuena, se reunían vecinos y familias, por supuesto que a cenar cada uno a su casa, bastante tenían nuestros progenitores para dar de comer a tantas bocas de su larga familia. Intento recordar si había algo especial para esa noche, y solo me viene a la memoria los productos relacionados con el cerdo y rosquillas fritas, quizás algún año, pollo o conejo, que estos estaban a mano, carne más fresca imposible.

Relacionando los cánticos por las calles, en nuestro pueblo estaba una familia que francamente aún cuando pienso en ella la envidio, para mí eran muy felices, especialmente la madre siempre sonriente, -Bruna mis mejores recuerdos- como si no podía coger una guitarra y con sus hijos pequeños detrás recorrer el pueblo cantando, solo por el gusto de hacerlo y de invitar a los demás a sumarse a ellos.

Saludos a todos, ahora a esperar el próximo año que todos tendremos vivencias nuevas, os deseo las mejores.

Es verdad, UNOMAS, se está perdiendo eso de cantar. Antes casi todo el mundo cantaba, recuerdo los letreros de los bares: "En este establecimiento se prohíbe cantar, aunque se cante bien". Manda cojones el letrero. Por entonces, incluso andando por la calle la gente canturreba para sí mismo; y, efectivamente, la gente -previendo breve la Navidad- se armaba días antes de mucho humor y, casa por casa, entonaba villacincos populares y fandangos con moraleja al abrigo del brasero y del vino recién pinchado. La Bruna (q. e. p. d.) era especialísima para esta fiesta, para el Carnaval, la Cruz de Mayo y para los trece de agosto en la Salve: qué poco necesitaba para alegrarse y alegrar, tenía ese gran don. Te descubro -de buena fuente- que muchas veces lo hacía para que su marido no se desmadrara, o que si lo hacía fuese con ella y sus hijos, qué decisión más inteligente.

En cuanto al comer, yo entonces pensaba que las gambas sólo criaban por agosto, que es cuando las veía en el puesto del "Pirulí" -un hombre con los ojos estrábicos que venía de Villanueva-, que tenía además bichitos (camarones) y cangrejos. Hoy los mariscos, que desplazan en estas fechas en los puestos a sardinas y boquerones que yo tanto aprecio, empachan sólo de verlos, tal es la oferta. Algún gallo que otro lo pasaba mal por Navidad, con tomate frito de perita estaban bien ricos.

De tres cosas, entre otras muchas, carecíamos entonces: libreta de ahorros, coche y televisión; pero qué agustito se vivía sin ellas.

Un poco amuermado parece el Foro, y es que a la normalidad no llega nada.

Saludos,