Luz ahora: 0,14426 €/kWh

LA HABA: Me estaba preguntando: ¿se habrá ido Leganés en una...

Quien sea jabeño, esté donde esté, recordará a la Bruna como un trío agradable: ella, su laúd y su marido Joaquín. Esta mujer nació para alegrar la vida a los demás, alegrándosela ella misma, y -como un encaje milagroso- vino a casarse con un hombre (Joaquín) que hizo del sentido del humor el eje de su existencia, de tal suerte que junto a sus tres hijos (Antoñita, Bartolo y Joaquín) formaron una familia que nunca pudo contabililizar un enemigo, tal era su simpatía y grandeza. Con un pelín de memoria, uno se la imagina con su "sonora" alegrando la calle Dos Pozos toda, en Carnaval, en la Cruz de Mayo, no digamos en la Salve recibiendo a Ntra. Sra., y, los más antiguos, la recordarán -casa por casa- en la Nochebuena: ella a las cuerdas, y Joaquín con la pandereta, su buena voz y la botella de anís (esta cumplía la función percutora-rasgadora-musical y la de calentar el gaznate del cantante).

Esta pareja, cuando cantaban a dúo, se miraba a los ojos durante toda la canción (como un Juanito Valderrama y una Dolores Abril, decían) y era una delicia oírlos y verlos. Recuerdo cómo entonaban "El Camino Verde", "La Zarzamora", " ¡Ay, Tani que mi Tani", "Ya viene el negro zumbón", "Ni se compra ni se vende", "Virgen de Candelaria", etc. etc. etc.

Sin complejos de ningún tipo, incluso se atrevió a componer cacioncillas populares para ensalzar a su "Guapísima Virgen de la Antigua". Era graciosísima hasta en sus andares: le fallaban las rodillas y disimulaba la cojera pronunciándola con los ritmos que tocaba. Sentarse en una mesa camilla al calor del brasero y conversar con ella y con su marido, era asistir a un especialísimo club de la comedia: cómo ensamblaban sus ocurrencias, qué dichos, qué "golpes" tenían.

Como todas las personas con gran sentido del humor, poseía una gran inteligencia natural. Un día, yo que la traté bastante, le pregunté: Oye, Bruna ¿por qué no te cansas de tocar? Y me contestó: "Para que cante Carril, y mientras que canta no bebe". Así y todo, Jaquín se bebía su parte.

Un día le dijeron que tenía muy grande el corazón, llegaron a él con un catéter malasombra y no lo resistió. A su marido se le vino el mundo encima, de alguna manera el laúd y él también murieron un poco.

Un beso para toda su familia, que nos vemos menos de lo que nos queremos.

Me estaba preguntando: ¿se habrá ido Leganés en una carroza real?, y veo que estaba en lo cierto, has vuelto con el regalo que nos prometiste- Bruna-, si todos entendiéramos la vida como ella la vivió que distinto seria todo, allá donde estés sigue igual.
Saludos y buenas noches.