LA HABA: Qué bien lo has dicho, no das opiniones políticas porque...

leganes todos los dias leo el foro pero en muchos de los temas que debatis no me atrebo ha dar opiniones como en la politica yo no entiendo soy de cosas sencilla.
la bruna la recuerdo una mujer fuerte con mucha alegria. creo recordar que vivia en el altozano en tu calle tambien recuerdo ala belsabe en la calle cantarranas era una mujer muy cariñosa recuerdo cuando salia con todos los niños por la puerta de atras parecia una gallina con sus polluelos pendiente de todos ellos.
cuantos recuerdos la tienda de felis forcallo victoria la que llebaba la tienda plasedes que despues estubo en la de don benito, la tienda de la Aurora la de la señora Antonia en la calle cantolugar la panaderia de victor cuantos dulces hicimos en ella la panaderia de paco la tienda de Ratitas, enfin tantos recuerdos

Andrea poco te dejas ver por el foro animate

buenoun abrazo para todos asta proto

Qué bien lo has dicho, no das opiniones políticas porque "yo no entiendo, soy de cosas sencillas". Si este pensamiento lo cogiera para sí algún político, comprendería lo que se debe hacer. La política debería ser -sencillamente- sentido común enfocado a conseguir, honestamente, el mayor bienestar posible para la ciudadanía, equilibrando las ayudas según las necesidades justificadas.

La Bruna del Altozano era la mujer de Cruz (Carlos Matías, que se decía él mismo, aunque su mote era "Galguillo"); a la que nos hemos referido, q. e. p. d., vivía en el núm. 1 de la calle Dos Pozos. Qué bien te acuerdas de la Práxedes (nombre que vale igual para hombre que para mujer), era la encargada del comercio de "La Pira", y más tarde, efectivamente, regentó otros comercios en Don Benito. La Bersabé (Betsabé), era también una mujer entrañable y graciosísima; primero tuvo escuela, y luego, ya casada con "Farina", tuvo taberna: y, cosas de la vida, algunos de los que fueron niños cagones, luego se achisparon sentados en las mismas banquetas. La Aurora, también desaparecida, fue una buena mujer que se fiaba y fiaba a los pobres para que comiéramos, la presentabas tu libreta y ella apuntaba las deudas: era realmente un banco que no cobraba intereses por el aplazamiento en el pago, como sólo era para pobres nunca pasó nada digno de mención; desde aquí le agradezco lo mucho que confió en nosotros.

En fin, que el pueblo (suiendo pequeño) tenía de todo.

Hasta luego,