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LA HABA: Caballero Andaluz, quiero empezar por lo penúltimo...

En la década de los años 60, cuando a este país le dejaron de abrir los ojos al exterior gracias principalmente al turismo, comenzamos a descubrir lo bonito que era la libertad, y lo duro que era vivir sin ella. No quisiera hacer una proclama política, ni muchísimo menos, solo quiero hacer un canto a la libertad cuando en estos momentos, sigue habiendo en el mundo millones de personas que sufren la privación de la misma.

Nuestro pueblo que tantas peculiaridades tiene, fue vanguardista en la expresión del sentimiento popular a su manera. En vez de afiliarse a un partido político lo hicieron por un determinado cura, pero todo ello de una manera tan vehemente que hubo hasta manifestaciones en uno y otro sentido. Ja ja ja cuantas veces escuchamos la pregunta “tu que eres de D. Juan o de D. Pedro” y aunque en estos momentos resulte esperpéntico, fue el primer escalofrío de libertad que sentimos sin darnos apenas cuenta.

En esa época teníamos el pecho henchido de juventud y de ganas de luchar por conseguir unos objetivos, éramos románticos rebeldes, nos enamorábamos con pasión, leíamos poesías, etc. Etc. Aun recuerdo los versos de un gran poeta romántico, extremeño para más señas, que en la puerta del cementerio cantaba a la puerta de su amada fallecida los siguientes versos:

Eres tú mi poesía
jardín cubierto de flores
fracaso de mis amores
luz de la noche y el día
……

Un saludo para todos y trabajemos con ganas para sacar a este gran país de la puñetera crisis que tenemos

Caballero Andaluz, quiero empezar por lo penúltimo de tu relato, pocos líneas, cuatro y cortas, bonita poesía que me gustaría saber quién es su autor para continuar con el resto del poema, y al mismo tiempo quizás descubrir al poeta extremeño.

Ahora con lo más surrealista visto después de tantos años, ni Berlanga hubiera hecho mejor guión, para empezar, que hacían dos curas en un pueblo tan pequeño, tantos pecados tenían que perdonar –ninguno de todos los niños/as que nos arrodillábamos en el confesionario-, los que pecaban tu crees que decían la verdad –la inmensa mayoría no-, luego trabajo fallido, después estaban los que iban a pasar la tarde a la sacristía de la iglesia, y ahí vino la división, no cabían dos bandos, dicen que las peleas llegaron hasta las manos,- sentimiento cristiano, amen-, a falta de otras diversiones esto sirvió de comidilla de mujeres y algunos hombres, la juventud como tú dices íbamos por otro camino, los guateques y las primeras copas eran los que iban a misa, esto último es lo realmente nos dio aires de libertad. De todas formas estos conflictos los viví de lejos, aquí habrá foreros que puedan hablar del tema con pelos y señales.

Saludos muy cordiales y sí, en positivo para salir de esta crisis, o más bien vivir con la realidad que no era lo anterior.