Visto desde fuera, parece que el PSOE tiene una verdadera crisis de identidad. Yo creo, UNOMAS, que –por el momento- no sabe a dónde va, ni cómo ir. Los que miramos desde casa sólo vemos más de lo mismo y más de los mismos. “Oposición útil”, esto es blablá, ¿para quién? “Acordar y discrepar”, esto es blablá, ¿y qué más?” Primarias ahora sí, pero después no. Ley de Laicidad, ¿para cuando? ¿Democracia o mercados? ¿Claro federalismo o autonomías insatisfechas? Igualdad de oportunidades, ¿se mantendrá por Ley? Techo de gasto, sí, ¿pero Educación y Sanidad públicas y garantizadas? Reforma Laboral, sí, ¿contrapartida de nuevos empleos? Y la Ley Electoral, ¿se acuerda o se discrepa con el PP? Ley de Dependencia, ¿qué será de ella? Y, de verdad, ¿para cuándo dejamos la conciliación real de trabajo y familia?, o ¿cuándo alcanzará la mujer el derecho a trabajar con sosiego siendo joven y madre?
Un partido náufrago no tiene norte, pero podría encontrarlo dando respuesta a estas y otras cuestiones.
El PSOE antiquísimo, tuvo una crisis de identidad que solventó con un congreso extraordinario (según un librito que tengo ahora mismo a la vista) el 9 de abril de 1921: rechazó el ingreso en la Internacional Comunista. Con la consecuencia, histórica, de una escisión ´-liderada por Antonio García Quejido- que desembocó en la fundación del PC obrero, luego PCE.
El PSOE antiguo, tuvo otra crisis de identidad que solventó con otro congreso extraordinario (según el País que tengo ahora mismo a la vista) el 28 de septiembre de 1979: Felipe González, Secretario General dimitido en el congreso ordinario anterior –“Forjando el Socialismo”- consigue imponer sus tesis y el partido abandona el marxismo como ideología política, aunque la mantuvo como instrumento crítico y teórico, y, además, es reelegido nuevamente Secretario General.
El PSOE actual, tiene una crisis de identidad que no ha solucionado el congreso de este fin de semana: ¿lo solucionará quizá un congreso extraordinario como en las dos crisis históricas anteriores? Nadie lo sabe. Pero ser muy de izquierda en la oposición, socialdemócrata en las campañas electorales y de derechas en el gobierno, no son maneras de convencer a los que dejaron de votarle.
No obstante todo lo dicho, ¿se puede gobernar haciendo políticas igualitarias en lo esencial con la Europa que tenemos?
Bueno, UNOMAS, ha sido una reflexión vulgar después de la cena. Pero sin ningún ánimo de persuadir.
Buenas noches a todos,
Un partido náufrago no tiene norte, pero podría encontrarlo dando respuesta a estas y otras cuestiones.
El PSOE antiquísimo, tuvo una crisis de identidad que solventó con un congreso extraordinario (según un librito que tengo ahora mismo a la vista) el 9 de abril de 1921: rechazó el ingreso en la Internacional Comunista. Con la consecuencia, histórica, de una escisión ´-liderada por Antonio García Quejido- que desembocó en la fundación del PC obrero, luego PCE.
El PSOE antiguo, tuvo otra crisis de identidad que solventó con otro congreso extraordinario (según el País que tengo ahora mismo a la vista) el 28 de septiembre de 1979: Felipe González, Secretario General dimitido en el congreso ordinario anterior –“Forjando el Socialismo”- consigue imponer sus tesis y el partido abandona el marxismo como ideología política, aunque la mantuvo como instrumento crítico y teórico, y, además, es reelegido nuevamente Secretario General.
El PSOE actual, tiene una crisis de identidad que no ha solucionado el congreso de este fin de semana: ¿lo solucionará quizá un congreso extraordinario como en las dos crisis históricas anteriores? Nadie lo sabe. Pero ser muy de izquierda en la oposición, socialdemócrata en las campañas electorales y de derechas en el gobierno, no son maneras de convencer a los que dejaron de votarle.
No obstante todo lo dicho, ¿se puede gobernar haciendo políticas igualitarias en lo esencial con la Europa que tenemos?
Bueno, UNOMAS, ha sido una reflexión vulgar después de la cena. Pero sin ningún ánimo de persuadir.
Buenas noches a todos,