Que tema mas interesante para mi, que aunque muy tardío he descubierto el flamenco. Nuestra generación tuvo muy denostado ser aficionado al “cante jondo”, pues creo yo, era una forma de romper con el pasado, y eclosionar con una fuerza arrolladora las ansias de libertad que teníamos esta sociedad, aunque sin darnos cuenta despreciamos cosas de un enorme calado como el que tratamos ahora.
El cantaor manco que hace referencia Leganés no se si era de D. Benito o de Medellín, yo el último recuerdo que tengo de el es trabajando de portero en una discoteca de D. Benito que se llamaba El Gran Maestre.
No estoy en absoluto de acuerdo con Leganés, de considerar menos flamencos a D. Rafael Salazar Motos alias “Farina” y a D. José Salazar Molina alias “Porrina de Badajoz”, que el único pecado que como flamenco cometieron es conseguir popularizar este enorme sentimiento al gran público, y eso los puristas no se lo perdonaron jamás.
Las letras flamencas en su gran mayoría son de un enorme desgarro, me viene también a la memoria aquella tan popular que decía:
En el café de Chinitas
dijo Jaquiro a su hermano,
soy mas valiente que tú,
más torero y más gitano
El Piyayo, fue un famoso mendigo que hubo en Málaga, del cual aun quedan gente que le recuerda. Estuvo y está presente en muchas letras flamencas yo recuerdo aquella que decía: Madre se ha muerto el Piyayo/aquel gitano calé /que al abuelo le decía: / Si oyes doblar las campanas / no preguntes quien ha muerto/ porque a ti te lo dirá / tu mismo remordimiento.
También hay una magnifica y tierna poesía de Juan Carlos de Luna que me apetece poner como homenaje a este singular personaje y por ende a toda la raza gitana que tan denostada la tenemos principalmente por el desconocimiento que tenemos de su cultura.
El Piyayo
¿Tú conoces al "Piyayo",
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;
la mirada de gallo
pendenciero
y hocico de raposo
tifioso...,
que pide limosna por "tangos"
y maldice cantando "fandangos"
gangosos...?
¡A chufla lo toma la gente,
y a mí me da pena
y me causa un respeto imponente!
Ata a su cuerpo una guitarra,
que chilla como una corneja
y zumba como una chícharra
y tiene arrumacos de vieja
pelleja.
Yo le he visto cantando,
babeando
de rabia y de vino
bailando
con saltos felinos,
tocando, a zarpazos,
los acordes de un viejo "tangazo":
Y el endeble "Piyayo" jadea,
y suda..., y renquea,
y, a sus contorsiones de ardilla,
hace son la sucia calderilla.
¡A chufla lo toma la gente!
A mi me da pena
y me causa un respeto imponente.
Es su extraño arte
su cepo y su cruz,
su vida y su luz,
su tabaco y su aguardientillo...,
y su pan y el de sus nietecillos;
"churumbeles" con greñas de alambre
y panzas de sapo,
que aúllan de hambre
tiritando bajo los harapos;
sin madre que lave su roña;
sin padre que "afane", porque pena una muerte en Santoña;
sin más sombra que la del abuelo...
¡Poca sombra, porque es tan chicuelo!
En El Altozano
tiene el cuchitril
- ¡a las vigas alcanza la mano! -,
y por lumbre y por luz un candil.
Vacía sus alforjas
- que son sus bolsillos -.
Bostezando, los siete chiquillos
se agrupan riendo.
Y, entre carantoñas, les va repartiendo
pan y pescao frito
con la parsimonia de un antiguo rito:
- ¡Chavales!
¡Pan de flor de harina!...
Mascarlo despasio.
Mejó pan no se come en palasio.
Y este pescaito, ¿no es ná?
¡Sacao uno a uno del fondo der má!
¡Gloria pura é!
Las espinas se comen tamié',
que to es alimento...
Así..., despasito.
Muy remascaíto.
¡No yores, Manuela!
Tú no pués, porque no tienes muelas
¡Es tan chiquitita mi niña bonita!...
Así despasito.
Muy remascaito,
migaja a migaja - que dure -,
le van dando fin
a los cinco reales que costó el festín.
Luego, entre guiñapos, durmiendo,
por matar el frío, muy apiñaditos,
la Virgen María contempla al "Piyayo"
riendo.
Y hay un ángel rubio que besa la frente
de cada gitano chiquito.
¡A chufla lo toma la - gente!...
¡A mí me da pena
y me causa un respeto imponente!
Disculpar por el rollo, os deseo a todos un buen fin de semana, yo me marcho a Fregenal de la Sierra a celebrar una matanza típica extremeña
El cantaor manco que hace referencia Leganés no se si era de D. Benito o de Medellín, yo el último recuerdo que tengo de el es trabajando de portero en una discoteca de D. Benito que se llamaba El Gran Maestre.
No estoy en absoluto de acuerdo con Leganés, de considerar menos flamencos a D. Rafael Salazar Motos alias “Farina” y a D. José Salazar Molina alias “Porrina de Badajoz”, que el único pecado que como flamenco cometieron es conseguir popularizar este enorme sentimiento al gran público, y eso los puristas no se lo perdonaron jamás.
Las letras flamencas en su gran mayoría son de un enorme desgarro, me viene también a la memoria aquella tan popular que decía:
En el café de Chinitas
dijo Jaquiro a su hermano,
soy mas valiente que tú,
más torero y más gitano
El Piyayo, fue un famoso mendigo que hubo en Málaga, del cual aun quedan gente que le recuerda. Estuvo y está presente en muchas letras flamencas yo recuerdo aquella que decía: Madre se ha muerto el Piyayo/aquel gitano calé /que al abuelo le decía: / Si oyes doblar las campanas / no preguntes quien ha muerto/ porque a ti te lo dirá / tu mismo remordimiento.
También hay una magnifica y tierna poesía de Juan Carlos de Luna que me apetece poner como homenaje a este singular personaje y por ende a toda la raza gitana que tan denostada la tenemos principalmente por el desconocimiento que tenemos de su cultura.
El Piyayo
¿Tú conoces al "Piyayo",
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;
la mirada de gallo
pendenciero
y hocico de raposo
tifioso...,
que pide limosna por "tangos"
y maldice cantando "fandangos"
gangosos...?
¡A chufla lo toma la gente,
y a mí me da pena
y me causa un respeto imponente!
Ata a su cuerpo una guitarra,
que chilla como una corneja
y zumba como una chícharra
y tiene arrumacos de vieja
pelleja.
Yo le he visto cantando,
babeando
de rabia y de vino
bailando
con saltos felinos,
tocando, a zarpazos,
los acordes de un viejo "tangazo":
Y el endeble "Piyayo" jadea,
y suda..., y renquea,
y, a sus contorsiones de ardilla,
hace son la sucia calderilla.
¡A chufla lo toma la gente!
A mi me da pena
y me causa un respeto imponente.
Es su extraño arte
su cepo y su cruz,
su vida y su luz,
su tabaco y su aguardientillo...,
y su pan y el de sus nietecillos;
"churumbeles" con greñas de alambre
y panzas de sapo,
que aúllan de hambre
tiritando bajo los harapos;
sin madre que lave su roña;
sin padre que "afane", porque pena una muerte en Santoña;
sin más sombra que la del abuelo...
¡Poca sombra, porque es tan chicuelo!
En El Altozano
tiene el cuchitril
- ¡a las vigas alcanza la mano! -,
y por lumbre y por luz un candil.
Vacía sus alforjas
- que son sus bolsillos -.
Bostezando, los siete chiquillos
se agrupan riendo.
Y, entre carantoñas, les va repartiendo
pan y pescao frito
con la parsimonia de un antiguo rito:
- ¡Chavales!
¡Pan de flor de harina!...
Mascarlo despasio.
Mejó pan no se come en palasio.
Y este pescaito, ¿no es ná?
¡Sacao uno a uno del fondo der má!
¡Gloria pura é!
Las espinas se comen tamié',
que to es alimento...
Así..., despasito.
Muy remascaíto.
¡No yores, Manuela!
Tú no pués, porque no tienes muelas
¡Es tan chiquitita mi niña bonita!...
Así despasito.
Muy remascaito,
migaja a migaja - que dure -,
le van dando fin
a los cinco reales que costó el festín.
Luego, entre guiñapos, durmiendo,
por matar el frío, muy apiñaditos,
la Virgen María contempla al "Piyayo"
riendo.
Y hay un ángel rubio que besa la frente
de cada gitano chiquito.
¡A chufla lo toma la - gente!...
¡A mí me da pena
y me causa un respeto imponente!
Disculpar por el rollo, os deseo a todos un buen fin de semana, yo me marcho a Fregenal de la Sierra a celebrar una matanza típica extremeña