LA HABA: He conocido tarde el foro y poco a poco voy leyendo...

Estuve atento, porque es mi condición, a los gestos del perdedor. Rubalcaba afrontó en soledad la aceptación de una derrota que correspondía a otros muchos. Sólo Elena Valenciano, directora de su campaña, estuvo cerca de las cámaras que delataron su cara libre de maquillaje: todo era como se ofrecía. A espaldas del candidato, que denotaba prisa y mal humor contenido por los aplausos a destiempo, podía observarse un amplio grupo formado mayoritariamente de mujeres anónimas, dos de ellas descotadas y muy jóvenes, y al resto, maduras y modosas, se las podía imaginar como funcionarias de Ferraz o amas de casa en un programa de concurso (lo digo, bien lo sabe Dios, con el más subrayado de mis respetos). Mientras tanto, la calle era un poema: tráfico rodado más que escaso y un grupo de fumadores charlando en la puerta de la sede socialista, eso era casi todo. El discurso, sobrio y plano, estuvo exento de autocrítica y vino a reiterar el abecé de la izquierda que sería defendido a ultranza, ahora desde la oposición; mencionar, por decir algo novedoso, la petición hecha al Secretario General de la conveniencia de un congreso federal del partido. En fin, todo pobre, muy pobre todo.

Y se dirá, hombre es que no había nada que celebrar, se trata de una severa derrota electoral que no tiene precedentes: qué quiere usted que demos saltitos de alegría, que salgamos todos al balcón y digamos que somos unos maulas, compréndalo toca contricción, recogimiento, reflexión y análisis. Y muchos güevos, añado.
En España, cuando alguien se muere -algo peor que una derrota- al muerto se le expone, se le trata de adornar con flores y maquillaje, y desde luego lo que no se le niega es compañía. ¿De quién?, pues de sus allegados: familiares, amigos, compañeros, etc. Además, todo el mundo habla bien de él, incluso sus detractores, no digamos sus herederos. Y no se le deja solo hasta que es sepultado o incinerado. Y ustedes lo que han hecho, visto desde fuera -que es lo que importa- es ofrecer un cadáver político sin maquillar, sin más flor que la del capullo de la insignia partidista, sin viuda que le llore, sin plañideras; han escondido a sus amigos y compañeros, para evitar el contagio, y lo que es más grave: el jefe, derrotado de antemano, se le supone guarecido en no se sabe qué despacho. Por no ofrecer a las cámaras, no se ha ofrecido ni siquiera imágenes de potenciales herederos. O sea, por una vez, y ya es difícil, no se ha dado ni siquiera carnaza para la especulación.

Han sido, no obstante la derrota, SIETE MILLONES de españoles los que han votado socialista, se dice pronto. Qué menos que declarar ante ellos que, crisis aparte, la derrota es merecida por el rumbo equivocado (por generoso) de la política económica diseñada por el Presidente; por la diagnosis tardía de problemas y por ende de su tratamiento; por la megalomanía enfermiza de alguno de los ministros, no Solbes; por la indecencia de muchos socialistas en cargos bancarios; por la falta de honradez de alcaldes y ediles en demasiados casos de corrupción; por haber tirado a la calle (o a sus aceras) unos miles de millones de euros que mejor habrían estado guardados; por un cheque bebé que nadie pidió; por preferir bajar el sueldo a muchos pobres y no subir impuestos a unos pocos ricos; por coquetear con empresarios y sindicalistas, y no criticar lo deleznable de unos y de otros, que lo hay; por enfrascarse en Afganistán y otras latitudes ignotas para complacer al Tío Sam; por no haber estado listos en el tráfico financiero y haber grabado cada acción vendida y comprada con unos céntimos de euro; por haberse obstinado en el "más café para todos" desproveyendo a ministerios importantes de objeto, contenido y presupuesto.

Y entonces, ¿es que nada se ha hecho bien?. No se trata de eso, los ciudadanos saben que se han hecho avances sociales muy importantes y tomado multitud de decisiones acertadas. Pero no estamos de celebraciones, estamos de meaculpas. Y si el PSOE, sus representantes, anoche con pulso y voz firme, hubiesen arropado al perdedor debidamente, y hubieran aprovechado para hacer una letanía de autocrítica y errores cometidos, la derrota habría comenzado a gestionarse en positivo. Me temo que no ha sido así.

Una cosa podemos dar por cierta y positiva: en lo sucesivo, el 2O-N no será un día de luto para la derecha: qué ironía.

Buenas noches a todos.

He conocido tarde el foro y poco a poco voy leyendo y enterándome de cosas. Dese luego deberían nombrarte Cronista Oficial de La Haba. Tu memoria es un prodigio.

Solo quiero que sepas que aparecer solo fue una decisión personal de Rubalcaba.