No se si recordareis, a Manzano, que vivia en la calle Villanueva. Era un personaje muy peculiar, y con buenas dotes de convinción para vender sus productos, a los que atribuia poderes curativos segun lo ultimo que afectara al pueblo, plantas, animales enfermos, plagas. Tenia recurso para todo. Pero su mayor virtud era lo bien que publicitaba sus productos, ahora donde rizo el rizo fue en unos polvos muy eficaces que acababan radicalmente con las pulgas. su eslogan era:
Se coge el pulgui,
se le abre el boqui,
se le hecha el polvi,
y se muere el pulgui.
las istruciones eran claras y concisas, desde luego. Haí queria yó ver a Frank el de la Jungla limpiando de pulgas a perros, gatos, mulas falsas y demas fauna domestica, la faena con ser dificil no era lo peor del proceso, sino ponerlas en fila y convecerlas de que abrieran la boca y conseguir que se tragaran el polvi, que no era otra cosa que porciones de polvo morado de aquel moton enorme que habia junto a la fabrica del Abono, y que el prepaba en cucuruchos de estraza. La materia prima de los remedios siempre era barata de forma que la ganancias fueran limpias. Donde se le fué la mano fué en un producto para curar la morrina de las gallinas, habia que darselas a las enfermas para que sanasen y alas sanas para no contagiarse. Aquello si que fue un exíto, las gallinas eran el bien mas preciado de las amas de casa y por protejerlas arrasaron con todos los cucuruchos, esta vez la mecla fue letal. Cuando fue el lunes siguiente a la Plaza de D. Benito, le estaban esperando un motin de mujeres todas armadas con Badilas, sartenes y palos, que me rio yo del Dos de Mayo. No les habia quedado viva ni una gallina, intentó huir de que vió la que se le avecinaba, pero la retaguardia tambien estaba tomada, se liaron con el y menos mal que intervino un aguacil y el muñuelero, pero de momento dejó los negocios convencido de que las ganacias faciles eran mas arriesgadas que hacer picón.
hasta mañana
Se coge el pulgui,
se le abre el boqui,
se le hecha el polvi,
y se muere el pulgui.
las istruciones eran claras y concisas, desde luego. Haí queria yó ver a Frank el de la Jungla limpiando de pulgas a perros, gatos, mulas falsas y demas fauna domestica, la faena con ser dificil no era lo peor del proceso, sino ponerlas en fila y convecerlas de que abrieran la boca y conseguir que se tragaran el polvi, que no era otra cosa que porciones de polvo morado de aquel moton enorme que habia junto a la fabrica del Abono, y que el prepaba en cucuruchos de estraza. La materia prima de los remedios siempre era barata de forma que la ganancias fueran limpias. Donde se le fué la mano fué en un producto para curar la morrina de las gallinas, habia que darselas a las enfermas para que sanasen y alas sanas para no contagiarse. Aquello si que fue un exíto, las gallinas eran el bien mas preciado de las amas de casa y por protejerlas arrasaron con todos los cucuruchos, esta vez la mecla fue letal. Cuando fue el lunes siguiente a la Plaza de D. Benito, le estaban esperando un motin de mujeres todas armadas con Badilas, sartenes y palos, que me rio yo del Dos de Mayo. No les habia quedado viva ni una gallina, intentó huir de que vió la que se le avecinaba, pero la retaguardia tambien estaba tomada, se liaron con el y menos mal que intervino un aguacil y el muñuelero, pero de momento dejó los negocios convencido de que las ganacias faciles eran mas arriesgadas que hacer picón.
hasta mañana
Recuerdo perfectamente a "Manzanito", pero no tanto como tú. Qué descaraje con "el pulgui": cinco chavos hubiera dado por presenciarlo.
Manzanito, creo haberlo contado ya, era un tío con un humor casi inglés. Un día le pregunté que donde trabajaba y me contestó con una genialidad "Ahí andamos, en Madrid, en una obra que hace Dragados para cambiar de sitio el reloj de la Puerta del Sol", me dijo el jodío. Y yo le añadí que para qué cambiaban de sitio el reloj; y va y me contesta el tío: "Es que tiene que pasar por allí el Meridiano Terrestre". No mi digáis que no es de altura.
Saludos,
Manzanito, creo haberlo contado ya, era un tío con un humor casi inglés. Un día le pregunté que donde trabajaba y me contestó con una genialidad "Ahí andamos, en Madrid, en una obra que hace Dragados para cambiar de sitio el reloj de la Puerta del Sol", me dijo el jodío. Y yo le añadí que para qué cambiaban de sitio el reloj; y va y me contesta el tío: "Es que tiene que pasar por allí el Meridiano Terrestre". No mi digáis que no es de altura.
Saludos,