Tuve la suerte de conocerle allá por los años 1964-1965, siendo rector de la Universidad. Laboral San José de Zamora.
Para entonces ya era Don Manuel, y para los alumnos era Don Manuel De Lorenzo, el “De” de Lorenzo no se el porque. Alguien me comento en alguna ocasión, que el “De” se lo puso él, que no es originario de su apellido.
En aquella época, quien podía imaginar que con el tiempo el pueblo de la Haba seria tan familiar para mí, ni por asomo sabia de la existencia del pueblo, y mucho menos donde era la procedencia del rector.
Un Jabeño singular por su recorrido, que tuve la fortuna de conocer, como tengo la gran suerte de conocer y disfrutar de muy buenos amigos de ese pueblo.
Le recuerdo perfectamente, alto, bien parecido, pelo negro, (no sé si engominado o no) paseando por los anchos pasillo de la Universidad, casi siempre con un libro en la mano, el mercedes negro con su chofer, era el “numero uno” y se notaba. También recuerdo de sus ausencias prolongadas, el dicho “no está Don Manuel está de viaje” era común por su frecuencia.
Imprimía respeto solo con su presencia, era dialogante con los alumnos, las pocas veces que tenías acceso a ello.
En cuanto a lo de los albornoces y los chándals (o chandales), puedo confirmarlo, pensar que en la época que se describe, el agua en la mayoría de los pueblos de los cuales procedíamos, no existía en las casas, por descontado que la prenda del albornoz ni sabíamos de su existencia, y de las duchas mucho menos. Nos duchábamos “a granel” quiero decir en duchas comunes de 15 o 20 unidades.
Un detalle que recuerdo, era el color que “me tocó” del albornoz, de rayas verticales azul y grana, ¿seria una premonición?, no, más bien una confirmación, en aquella época ya tenia muy definido los colores futbolísticos, a pesar de que lo poco que veíamos era en blanco y negro.
No tengo conocimiento, a lo escrito por LEGANES, en cuanto que las familias recibieran compensación económica alguna, al menos en mi caso no fue así.
Otra curiosidad, estos días, una vez leídos los tres capítulos, he e intentado en la red visionar alguna imagen de Don Manuel De Lorenzo, y me ha resultado imposible, lo que demuestra la humildad y la personalidad de este personaje.
Saludos para todos
Para entonces ya era Don Manuel, y para los alumnos era Don Manuel De Lorenzo, el “De” de Lorenzo no se el porque. Alguien me comento en alguna ocasión, que el “De” se lo puso él, que no es originario de su apellido.
En aquella época, quien podía imaginar que con el tiempo el pueblo de la Haba seria tan familiar para mí, ni por asomo sabia de la existencia del pueblo, y mucho menos donde era la procedencia del rector.
Un Jabeño singular por su recorrido, que tuve la fortuna de conocer, como tengo la gran suerte de conocer y disfrutar de muy buenos amigos de ese pueblo.
Le recuerdo perfectamente, alto, bien parecido, pelo negro, (no sé si engominado o no) paseando por los anchos pasillo de la Universidad, casi siempre con un libro en la mano, el mercedes negro con su chofer, era el “numero uno” y se notaba. También recuerdo de sus ausencias prolongadas, el dicho “no está Don Manuel está de viaje” era común por su frecuencia.
Imprimía respeto solo con su presencia, era dialogante con los alumnos, las pocas veces que tenías acceso a ello.
En cuanto a lo de los albornoces y los chándals (o chandales), puedo confirmarlo, pensar que en la época que se describe, el agua en la mayoría de los pueblos de los cuales procedíamos, no existía en las casas, por descontado que la prenda del albornoz ni sabíamos de su existencia, y de las duchas mucho menos. Nos duchábamos “a granel” quiero decir en duchas comunes de 15 o 20 unidades.
Un detalle que recuerdo, era el color que “me tocó” del albornoz, de rayas verticales azul y grana, ¿seria una premonición?, no, más bien una confirmación, en aquella época ya tenia muy definido los colores futbolísticos, a pesar de que lo poco que veíamos era en blanco y negro.
No tengo conocimiento, a lo escrito por LEGANES, en cuanto que las familias recibieran compensación económica alguna, al menos en mi caso no fue así.
Otra curiosidad, estos días, una vez leídos los tres capítulos, he e intentado en la red visionar alguna imagen de Don Manuel De Lorenzo, y me ha resultado imposible, lo que demuestra la humildad y la personalidad de este personaje.
Saludos para todos