Hola Amigos,
Ayer cuando termino la manifestación del Dia del Trabajador, entré en la cocina y estaba la tele puesta, y un señor barbudo y bien “cebao” despotricando sobre como esta la cosa. Se vé que hasta hace poco no se ha enterado, porque esperar a que haya cinco millones de parados para sacar los pies del plato me parece que es hacer burla de los trabajadores, yá que mientras se perdían esos empleos estaban callados como putas. No pude dejar de comparar estos sindicalistas, apoltronados y viviendo de las subvenciones tan generosas del gobierno, con aquellos otros del principio de la transición, que tanto lucharon por los trabajadores. Lo sé porque lo viví en primera persona. Mi marido no libraba ningún dia en la semana, con lo que no veía a su hija nada mas que dormida, si le pedia un dia libre al jefe, ó menos horas de trabajo, al otro dia tenia en casa una carta de despido, siempre coaccionado y amenazado, hasta que los sindicatos, (en su caso C. C. O. O.) al que perteneció siempre, (y ahora sus hijas a pesar de todo), se empezaron a movilizar, hicieron huelgas para aburrir, se encerraban en las iglesias las semanas enteras, y los grises los sacudían a base de bien. A mi marido una pelota de goma le impactó en un oído y perdió el cuarenta por ciento de audición. Cuando oigo que transición fue pacifica gracias al Rey, me dá la risa. Con los nervios, la angustia y la incertidumbre que yo viví aquella etapa. Eso sí los sindicatos lucharon como jabátos codo con codo con los trabajadores, y la unidad entre los obreros era admirable, mientras no admitían asta el ultimo despedido, allí no trabajaba nadie. Es lo que mas hecho de menos ahora, el sentimiento de solidaridad que había, no el individualismo que impera ahora, si a mi me va bien con este, que se jodan los demás. Asi no vamos a niguna parte ni arreglamos nada, cada uno sea del partido que sea amaña lo que puede, y luego las consecuencias las pagamos los de siempre. mientras no cambiemos de mentalidad y denunciemos los abusos, vengan de donde venga, seremos complices indirectos de cualquier abuso de poder. Y a los sindicatos que los mantengan los socios, veras como espabilan. Mientras el gobierno los subvencione, no van a morder la mano que les dá de comer.
Un saludo para todos.
Ayer cuando termino la manifestación del Dia del Trabajador, entré en la cocina y estaba la tele puesta, y un señor barbudo y bien “cebao” despotricando sobre como esta la cosa. Se vé que hasta hace poco no se ha enterado, porque esperar a que haya cinco millones de parados para sacar los pies del plato me parece que es hacer burla de los trabajadores, yá que mientras se perdían esos empleos estaban callados como putas. No pude dejar de comparar estos sindicalistas, apoltronados y viviendo de las subvenciones tan generosas del gobierno, con aquellos otros del principio de la transición, que tanto lucharon por los trabajadores. Lo sé porque lo viví en primera persona. Mi marido no libraba ningún dia en la semana, con lo que no veía a su hija nada mas que dormida, si le pedia un dia libre al jefe, ó menos horas de trabajo, al otro dia tenia en casa una carta de despido, siempre coaccionado y amenazado, hasta que los sindicatos, (en su caso C. C. O. O.) al que perteneció siempre, (y ahora sus hijas a pesar de todo), se empezaron a movilizar, hicieron huelgas para aburrir, se encerraban en las iglesias las semanas enteras, y los grises los sacudían a base de bien. A mi marido una pelota de goma le impactó en un oído y perdió el cuarenta por ciento de audición. Cuando oigo que transición fue pacifica gracias al Rey, me dá la risa. Con los nervios, la angustia y la incertidumbre que yo viví aquella etapa. Eso sí los sindicatos lucharon como jabátos codo con codo con los trabajadores, y la unidad entre los obreros era admirable, mientras no admitían asta el ultimo despedido, allí no trabajaba nadie. Es lo que mas hecho de menos ahora, el sentimiento de solidaridad que había, no el individualismo que impera ahora, si a mi me va bien con este, que se jodan los demás. Asi no vamos a niguna parte ni arreglamos nada, cada uno sea del partido que sea amaña lo que puede, y luego las consecuencias las pagamos los de siempre. mientras no cambiemos de mentalidad y denunciemos los abusos, vengan de donde venga, seremos complices indirectos de cualquier abuso de poder. Y a los sindicatos que los mantengan los socios, veras como espabilan. Mientras el gobierno los subvencione, no van a morder la mano que les dá de comer.
Un saludo para todos.