LA HABA: Hubo un tiempo en el que teléfono móvil no existía,...

Hubo un tiempo en el que teléfono móvil no existía, las personas se encontraban sin previo aviso de visita, los amigos quedaban a una hora y nadie lo olvidaba, las tertulias no se cortaban por ningún intruso al que nadie le había invitado a esa reunión, donde las conversaciones que escuchabas siempre había como mínimo dos interlocutores, cuando para salir a la calle lo imprescindible era no olvidarte de las llaves, cuando un viaje, digamos a La Haba, duraba doce horas y todos tan tranquilos, y sí, yo también tengo ese aparatejo, te acompaña día y noche –bueno lo dejo a sus anchas, intento molestarle lo menos posible-, después de este alegato antimovíl seguro que sigo con EL, a pesar de que siempre suena cuando estas pagando en una tienda, probándote ropa en el probador, en la calle más ruidosa, y hasta en los momentos más íntimos, sin lugar a dudas pienso que una parcela de libertad se quedo atrás.

Leganés, buen relato como siempre sobre el postigo, que diferencia con el instrumento anterior, aquellos no necesitaban timbre porque siempre estaban abiertos, solo descorrer la aldabilla y dentro, a través de esa pequeña ventanita había todo una mundo, el panadero, Tomás y su burro, el hombre de los garbanzos tostaos, el coche que pasaba del forastero, la lluvia y la calle empedrada reluciente, la niebla persistente de los meses invernales, cuantas sensaciones vividas, esto existió y ya no existe, el móvil no existió y ahora existe, lo prescindible o imprescindible depende de la percepción de cada cual.

No estoy en contra de las nuevas tecnologías, más bien todo lo contrario, la inversión en investigación tiene que ser prioritario, ahora mismo estoy haciendo uso de una de ellas, entretiene, encuentras personas afines, relatos diversos que te enriquecen, hasta aquí positivo, pero cuando no se puede vivir sin ellas, hay que hacérselo mirar.

Después de este rollo, saludos y buenas noches.