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LA HABA: Hola, soy nuevo escribiendo en este foro, pero lector...

Esta vez no pudo ser, no ha habido milagro. ¡Me cago en …..! Ayyyyy, Señor, qué pronto joé, qué joven, qué bueno, y qué perenne sonrisa te has llevao Dios mío, con la falta que hacen estas cosas aquí; cariñoso de natural, animoso pa los que se han quedao: hoy, a las diez de la mañana, nos ha dejao “Catalán”, se ha ido Isidro Jiménez Manzano, el “Pochillo”, un niño mu travieso que con pantalones cortos, sabañones y un bigotillo incipiente, jugaba en el arroyo a la picota, al mocho, y “a lo que quiera el mundo”, y que se tiraba de las orejas pa fumá en el “Legío” de la calleja. Le recuerdo lloviendo en su corral, donde brillaban los royos de tanta agua como caía, guarecidos en nuestra casita de cartón piedra, oyéndonos la respiración de juntitos que estábamos, agachados, poniendo trigo con sus labios en el pico de aquella tortolilla; recuerdo el olor a las lechuguejas y “carrivuela”que comían los conejos, los orines de las conejeras, le retengo en mi mente con su brazo echado a mi cuello, pregonando: “ ¡Garroootes por alfileres!”.

Le acompañé en sus primeros trabajos por cuenta ajena, pa quitarnos la puta jambre, machacando almendrilla, rompiendo piedras con marra y porrillo, señor, con doce años (qué canallada debíamos sufrir los niños de entonces). Aluego lo perdí cuando, para mejorar personal y laboralmente, emigró hecho ya un joven moreno y guapo a las Cataluñas y ahora –ya mu hombre pero joven- lo pierdo por tercera vez y definitivamente pa siempre: qué tristeza, coño. Me quedo, por quedarme con algo de alegría, con la mañana luminosa que compartí con él y con su mujer Josefa el pasado julio en el Prat de Llobregat, tomándonos unos vinos: el me engañaba con su absoluto optimismo y yo le mentía y se lo subrayaba con una redoblada esperanza de vernos en septiembre, sin falta, en mi casa de Madrid: una quimera necesaria pa podé brindar sin mezclar el vino con lágrimas.

No por ello, pa los que me leéis, cambio un ápice mi tendencia a viví la vida a tragos intensos y largos: no, no, y no. Puede que mi saldo de nostalgia aumente con la muerte de “Catalán”, puede que mi escribir rezume aún más dosis de melancolía, pero estos mazazos –desgarradores- ponen más muelle al trampolín desde el que me lanzaré mañana pa seguí viviendo a tope.

Descansa Isidro, descansa con sosiego y no te preocupes por ná.

Buenas noches (luego seguiremos con el asunto de los motes, aunque la pantalla la veo mu borrosa).

Hola, soy nuevo escribiendo en este foro, pero lector añejo. Mi nombre es Agustin, y para lo que voy escribir no me podia poner careta.
Y, no queria despedir el año sin agradecerte, Antonio/Leganes, el retrato que haces de Isidro, (tu primo segundo), y mi cuñao, y digo cuñao porque si le pongo la d parece que no hablo de el, y gracias a la mucha gente que se intereso por el.
Han pasado dos meses y medio, su ausencia es muy larga para todos, y para su esposa y su hijo tremenda y dolorosa, pero como muestra de la calidad humana que tenia, solo diré´, que me gustaria que hablaran de mi, como han hablado de el.
de nuevo gracias, y desearos a todos un buen 2013, y que a la hora de contar, no falte nadie.
Buenas tardes..
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¡Bienvenido, "forastero"/Agustín. Decirte que el retrato que tú llamas de mi queridísimo Isidro, "mi Isidro", así le llamé siempre y así le seguiré llamando, ese retrato, lo poco que yo haya podido describir de él y sobre él, como tú sabes, no se acerca ni de lejos a la bondad de un hombre al que no hace falta alabar después de haberse ido: fue bueno aquí, con los de aquí, se fue sin quejarse ni despotricar de nadie y como vino, con un peazo de sonrisa asín de grande, así mismito se fue. Me queda y me duele la espina de no haber compartido con él nada más que unas jodidas briznas de conversación en tó su final, pero la vida esta (como dije en otro escrito) nos ha privao de disfrutar de los primos; en fin, yo que procuro sacar la parte buena a tó, me reafirma en mi filosofía de estirar el presente, dilatar los buenos momentos hasta la extenuación y beberme la vida a tragos largos e intensos. Lástima, sólo disfruté de "mi Isidro" de chiquinino, sólo creció pa mejorar: eso es lo que piendo. Joé, ya no escribo más.

Un abrazo, Agustín. ... (ver texto completo)