Bueno, este foro se ha frenado un poco, deciro que entiendo a los jabeños en estas fechas, fechas de ir preparando las perrunillas, los jornazos, bollas de aceite, etc, o las famosas almondigas de bacalao, su salsa, al igual que la antigua, dias como antaño de mucho ajetreo, similar a la matanza. Y por supuesto tambien se le junta el dia de San José.
Ángel, buenas noches, me alegra verte por aquí. Efectivamente, el Foro está perdiendo actividad, debe ser el estado de ánimo colectivo que quizá esté bajo, no faltan razones para ello. Hace unos días estaba que daba gusto, yo me eché a un lado porque soy muy pesado y quisiera savia nueva en las intervenciones; llegué a creer que ya iba con piloto automático pero veo que hemos de seguir todos aportando algo para que esto no languidezca: tú, del Cerro como eres, siéntete jabeño y cuéntanos cosas.
Es Magacela un pueblo singular: tiene sierra, mucho agua, tiene valle con mucha huerta, casas antiguas de interés histórico, vestigios milenarios como el famoso “Dolmen”, en fin, mucha historia. Puedes contarnos cosas de tu pueblo, de sus gentes: aquí hemos hablado ya de Barquito, de Cirilo el alfarero, de la Telesfora/o y su carro, de Tomás el verdulero con sus gafas gruesas a lomos de su burra parda, de Antonio el Dulcero y sus almendras garrapiñadas, todos muy entrañables para los jabeños: háblanos de lo que quieras, Ángel, pero no te vayas que aquí que se está muy calentito. Yo, a ver si mañana tengo un rato, te voy a contar mis sensaciones en las madrugadas que, eclipsado, me quedo mirando al cerro desde mi puerta falsa en el Altozano: es el cielo lo que yo siento.
Un fuerte abrazo,
Es Magacela un pueblo singular: tiene sierra, mucho agua, tiene valle con mucha huerta, casas antiguas de interés histórico, vestigios milenarios como el famoso “Dolmen”, en fin, mucha historia. Puedes contarnos cosas de tu pueblo, de sus gentes: aquí hemos hablado ya de Barquito, de Cirilo el alfarero, de la Telesfora/o y su carro, de Tomás el verdulero con sus gafas gruesas a lomos de su burra parda, de Antonio el Dulcero y sus almendras garrapiñadas, todos muy entrañables para los jabeños: háblanos de lo que quieras, Ángel, pero no te vayas que aquí que se está muy calentito. Yo, a ver si mañana tengo un rato, te voy a contar mis sensaciones en las madrugadas que, eclipsado, me quedo mirando al cerro desde mi puerta falsa en el Altozano: es el cielo lo que yo siento.
Un fuerte abrazo,