Ja, ja, ja, ja, si tenemos nuestras cosillas, vemos a los demas pero no nos queremos mirar a nosotros, ni siquiera en el espejo.
Pasa igual que cuando ves a una persona de tu edad, por lo menos a mí me ocurre, parece que todos estan mas viejos que tú, coño, y dices para tus adentros, ¿estaré yo tan viejo como fulano y no me doy cuenta?, todo esto me viene al pelo de una anecdota que me contaron sobre una mujer que fué al dentista, su nombre era Alicia y estaba sentada en la sala de espera del dentista, era su primera consulta con él, y su nombre estaba colgado en la pared dentro de su diploma profesional.
Al leer el nombre, de repente se acordó de un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, que tenía su mismo nombre, y estaba en su clase del Instituto Pedro de Valdivia, treinta años atras, ¿podría ser el mismo chico, del que ella estaba secretamente enamorada?. Una vez que entró en la consulta, desechó inmediatamente esos pensamientos. Era un hombre calvo, su poco pelo estaba canoso, y su cara estaba llena de arrugas, y parecía demasiado viejo como para haber sido su compañero de clase.
Despues de examinarla los dientes le preguntó si había echo el B. U. P. en el Pedro de Valdivia.
Si, si, sonrió con orgullo.
Cuando terminaste C. O. U,?
La contestó, en 1980, ¿porqué me lo preguntas?.
Y ella le dijo: porque tú estabas en mi clase!.
El la miró detenidamente................ Y ESE CALVO, VIEJO, CANOSO, ARRUGADO, CABRONAZO Y DESGRACIADO, LA PREGUNTÓ:
¿DE QUE ERAS PROFESORA?.
Ja, ja, ja, ja, ja real! como la vida misma, saludos jabeños.
Pasa igual que cuando ves a una persona de tu edad, por lo menos a mí me ocurre, parece que todos estan mas viejos que tú, coño, y dices para tus adentros, ¿estaré yo tan viejo como fulano y no me doy cuenta?, todo esto me viene al pelo de una anecdota que me contaron sobre una mujer que fué al dentista, su nombre era Alicia y estaba sentada en la sala de espera del dentista, era su primera consulta con él, y su nombre estaba colgado en la pared dentro de su diploma profesional.
Al leer el nombre, de repente se acordó de un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, que tenía su mismo nombre, y estaba en su clase del Instituto Pedro de Valdivia, treinta años atras, ¿podría ser el mismo chico, del que ella estaba secretamente enamorada?. Una vez que entró en la consulta, desechó inmediatamente esos pensamientos. Era un hombre calvo, su poco pelo estaba canoso, y su cara estaba llena de arrugas, y parecía demasiado viejo como para haber sido su compañero de clase.
Despues de examinarla los dientes le preguntó si había echo el B. U. P. en el Pedro de Valdivia.
Si, si, sonrió con orgullo.
Cuando terminaste C. O. U,?
La contestó, en 1980, ¿porqué me lo preguntas?.
Y ella le dijo: porque tú estabas en mi clase!.
El la miró detenidamente................ Y ESE CALVO, VIEJO, CANOSO, ARRUGADO, CABRONAZO Y DESGRACIADO, LA PREGUNTÓ:
¿DE QUE ERAS PROFESORA?.
Ja, ja, ja, ja, ja real! como la vida misma, saludos jabeños.
Mu bueno, Paco, mu bueno. Me alegro de que entendamos con humor que a veces los jabeños semos mu nuestros, mu raros y mu testarones. Sin embargo, ya llevo aquí dos semanas sin moverme y estoy deseando ver jabeños y jabeñas, me parece que el viernes 8 no me voy a poder resistir, me voy a coger el coche y a las dos pongo la oficina ancá Luciano: amoh, que lo voy a hacer: el que quiera un vaso, allí estaré.
Saludos,
Saludos,
Leganés, tú a donde vas el día 8 es de bodilla, primero y como visita obligada hay que pasar por la oficina, las obligaciones primero, pero después saca al niño que me consta llevas dentro y ponte un pantalón corto por encima de las rodillas, calcetines bien estirados y camisa blanca abrochada hasta el cuello, fuera barba y corte de pelo estilo “tío Ricardo” –maestro de tu amigo peluquero- y disfruta de la representación que AZUL recomendó, saca del bolsillo ese pañuelo blanco, blanquísimo que tu madre lavo, con mucho cuidado extiéndelo sobre las rodillas un tanto huesudas, y espera sentado con los ojos muy abiertos para que ningún detalle se te escape, el mejor momento: cuando aparecen las mujeres con su bandeja llena de dulces que eran como un maná para todos los niños jabeños de pasadas épocas, pero quieto, solo se puede comer uno, aún hay que esperar más y más, una vez terminadas todas las vueltas, quizás cinco, tres del novio y dos de la novia, ya puedes escoger, ese era el único privilegio al ir en representación familiar porque el resto iban a buen recaudo atados en el pañuelo de vuelta a casa.
Un abrazo y que lo disfrutes en muy buena compañía, real o ficticia como la bodilla.
Un abrazo y que lo disfrutes en muy buena compañía, real o ficticia como la bodilla.