LA HABA: Triste sorpresa, Victoria: lo siento mucho, la verdad,...

Lo siento Victoria, en esta misma página tuvimos recuerdos entrañables para doña Laly, la recuerdo sentada en una mesa camilla que había en la sala de la izquierda, en casa de los abuelos de Esther (perdona Esther por esta inclusión en la intimidad, no se si tú sabias de su existencia, pero era familiar de tu abuela Maximina), allí esperaba pacientemente con mi abuela a que Agustín viniera con sus cajas de pescado, y ella me enseño las primeras letras, hoy más que nunca reivindico el papel del maestro, ellos son los profesionales que enseñan e instruyen a todas las demás profesiones.
Un abrazo y buenas noches.

Triste sorpresa, Victoria: lo siento mucho, la verdad, ha sido inesperado por lo que veo.

Me quedo con la imagen de ella que tengo en la memoria: maestra abnegada, mujer popular y de rasgos agradabilísimos, que descanse en paz doña la Laly, una joía pena.

Un abrazo para todos sus familiares y amigos y en especial para ti, Victoria.