LA HABA: Yo, Paco, no soy de los que se conforman con abrazar...

Preciosa tu "despedida", Pedro, más yo querría consolarte aduciendo que un amigo se tiene para que al faltar alguno, el recuerdo del otro siempre perdure, su sombra, como la del cipres, es alargada y bajo ella nos cobijaremos para no sentir esa orfandad que te proporciona el dolor de su ausencia. La huella que nos dejó Carlos, a los que le conocimos, es tan profunda, que la simpleza de la muerte no podrá borrarla nunca, un abrazo.

Yo, Paco, no soy de los que se conforman con abrazar espectros. Necesito la cercanía, la fisicidad, el aliento del ser querido. Claro que quedan los recuerdos y muy pocos guardarán más recuerdos de el común amigo que yo, y a algunas personas estos les tranquilizan, les ayuda a sobrellevar la pérdida, pero para mi son aristas lacerantes que hacen más dolorosa la ausencia. A mi lo que me gustaba era reír con Carlos, polemizar, compartir emociones, estrechar su mano, abrazarle... Esto ya no lo podré hacer porque me falta la respuesta, aunque escuche el eco de sus risotadas, me envuelvan sus reflexiones y la resonancia de sus lamentos, me falta su figura, y eso es insustituible, irreparable, un hachazo cruel y certero que marca un antes y un después en mi deambular por este jodido mundo. los recuerdos son siempre para mi espinas que hacen más difícil y doloroso el tránsito por este valle de lágrimas. Así, amigo, cada cual es como es, y somos lo que hay.