A ver, Yole, no sé quién eres y apenas conozco a casi nadie del foro, escribo aquí porque te aseguró que muchos de mis paisanos así me lo han pedido, aunque tiempo tengo poco, de modo que lo que hago es un copia y pega de lo que ya ha sido publicado en otros medios de la región. Lo que tú has leído no son críticas de cine pues la única crítica de una película incluida en este foro común hasta la fecha es la de "TESIS SOBRE UN HOMICIDIO", búscala. Lo demás son Micro-relatos, poemas y reflexiones extraídos de una sección que tengo semanalmente en el "Semanario Vegas Altas y la Serena" y en mi blog que lleva ya casi 100.000 visitas en un año, y que según las encuestas de ese medio comarcal es la sección más leída o visitada. En los tiempos de la viagra y el complejo Peter Pan Nunca es demasiado tarde para casi nada, y menos si hablamos de cultura como una cuestión sensorial que penetra por todos los sentidos. Te dejo querida con un poema sacado también de esa misma sección que dediqué a todas la mujeres que un día lloraron conmigo y que ya he podido comprobar cómo me lo han copiado mucha gente en la red algo que no me importa porque la cultura debe ser compartida, pero seguramente debe ser gente a la que no le gusta tanta "llaneza" ni tantos sobados chascarrillos, y se mueve más en los páramos desolados de la imaginación. Créeme, sólo se trata de abrir horizontes, el reduccionismo puede resultar demasiado trivial y provinciano.
“Tu corazón como alimento”
Bajo un palio de tristeza y una quietud mortuoria, he enterrado mi libertad. / Con ella las cláusulas del tiempo, los documentos de la fe, los protocolos serviles de una vida infame. / No acudiré a mi cita contigo para mostrarte esta estúpida ceremonia en el abandono de todo rastro de vida. / Me duelen ya los pasos compasivos por este sendero de vulgaridad en dónde sólo los destellos azulados de tu negra cabellera resplandecen. / Ay amor peregrino, cuántas violetas manchadas de sangre, cuántos ecos atormentan mi despedida, cuantos desvelos de amores y, el mío, yerto en el frío. / Un aldabonazo bestial marca la hora y el reino se incendia, caen las torres y los vigías, yo me llevo tu corazón como alimento, quédate tú con la inviolable mirada de mi herida.
“Tu corazón como alimento”
Bajo un palio de tristeza y una quietud mortuoria, he enterrado mi libertad. / Con ella las cláusulas del tiempo, los documentos de la fe, los protocolos serviles de una vida infame. / No acudiré a mi cita contigo para mostrarte esta estúpida ceremonia en el abandono de todo rastro de vida. / Me duelen ya los pasos compasivos por este sendero de vulgaridad en dónde sólo los destellos azulados de tu negra cabellera resplandecen. / Ay amor peregrino, cuántas violetas manchadas de sangre, cuántos ecos atormentan mi despedida, cuantos desvelos de amores y, el mío, yerto en el frío. / Un aldabonazo bestial marca la hora y el reino se incendia, caen las torres y los vigías, yo me llevo tu corazón como alimento, quédate tú con la inviolable mirada de mi herida.