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Como saben todo el jabeñerío, y muchos amigos de la comarca y catalanes que me han felicitado, soy un fanático seguidor del At. Madrid de los de toda la vida. A mí más que gustarme el fútbol lo que de verdad me apasiona es el Atleti, formar parte de esa dinastía de leprosos que marginados por todos los estamentos encuentran refugio para su pasión y su duelo en la ribera del Manzanares. Yo, que siempre he defendido la épica del perdedor y la estética del fracaso, que siempre me he sentido más cerca del antihéroe (en las pelis del Oeste voy con los indios y siempre he sentido debilidad por Humphrey Bogart porque moría en casi todas sus películas o le dejaba la chica) que de esos héroes multimillonarios de pacotilla que se creen que pertenecen a un linaje sagrado y levitan con la música celestial de una legión de ángeles tocando las trompetillas, hoy estoy feliz. Lo estoy principalmente por mis hijos, a los que uno puso la vacuna nada más nacer para que supieran ver que de la derrota, de la humillación y de la ruina puede también surgir la belleza y el éxtasis, el ruido y la furia.
El Atleti, como el Ave Fénix, siempre resurge de sus cenizas, su venganza se sirve en plato humeante y nos gusta escuchar música heavy bailando sobre las tumbas.
Lo dicho ¡Aupa Atleti! No creo que nadie me pregunte hoy por qué soy del Atleti, tampoco cuántos años llevamos sin ganar al Madrid, porque contestaré sin inmutarme: Desde ayer.
Un saludo a toda la comunidad forera, hoy tendré tiempo de ver "El Gran Gatsby", a ver que ha hecho con la magistral novela de Scott Fitgerald el inefable Baz Luhrmann. Me temo lo peor.
El Atleti, como el Ave Fénix, siempre resurge de sus cenizas, su venganza se sirve en plato humeante y nos gusta escuchar música heavy bailando sobre las tumbas.
Lo dicho ¡Aupa Atleti! No creo que nadie me pregunte hoy por qué soy del Atleti, tampoco cuántos años llevamos sin ganar al Madrid, porque contestaré sin inmutarme: Desde ayer.
Un saludo a toda la comunidad forera, hoy tendré tiempo de ver "El Gran Gatsby", a ver que ha hecho con la magistral novela de Scott Fitgerald el inefable Baz Luhrmann. Me temo lo peor.
Chascho, chascho, chascho,
No pasa nada, Leganés, no te atores, hombre, hay que hacer un esfuerzo para entender la ironía.
Jajajaja, pero hombre, xd,....., yo sólo matoro con las migas cuando están bien hechas, que me las echo al gaznate y me las como con ansia: jajaja, no tengo quesforzarme pantendé la ironía, aquí en el Foro la tenemos instaurá -junto a la humorada y a la greguería- como marca y escudo del jabeñerío: ¡aúpa atleti!
Querido Leganés, he visto por ahí un par de mensajes, pero como hace más de una semana que no visito tan entrañable rincón (tenemos en el trabajo intercambio con los portugueses y además he estado haciendo la ruta de los cines) te contesto ahora. Verás, creo que mi sintaxis es bastante aceptable y la polémica me encanta, repetirme de da mucha pereza: Parece que sí, que el documental de Buñuel fue rodado en 1933, y lo prohibió el gobierno de Lerroux. Pero fue el mismo director quien nos equivocó a todos, como ya dije en un comentario anterior: Fijó el año donde transcurre la trama en 1932, cambió intencionadamente los cartoncillos y la ficha técnica de la película como si se hubiera filmado en 1932, etc.
¿Cuáles eran sus intenciones? Seguramente espurias, para que el marrón se lo comiera el gobierno republicano de Azaña (con el que al parecer estaba muy resentido) y también aquellos que gobernaran en el momento del estreno porque tenía la seguridad de que sería prohibida por unos u otros.
Todo esto, como dije en el anterior comentario, viene documentado en el libro "Las hurdes de Buñuel" de Javier Herrera, que ahora me es imposible leer, y coincide con la tesis de Mercedes Ibarz que nos indicaba Yole. Así me lo hicieron llegar unos estudiantes catalanes de Audiovisuales.
Un abrazo, pasado mañana estaré en el recinto Miguel Ríos de Rivas-VaciaMadrid, en el Festival Sonisphere, y es que podemos disfrutar en La Haba de tan pocos conciertos. De nuevo, la ironía.
¿Cuáles eran sus intenciones? Seguramente espurias, para que el marrón se lo comiera el gobierno republicano de Azaña (con el que al parecer estaba muy resentido) y también aquellos que gobernaran en el momento del estreno porque tenía la seguridad de que sería prohibida por unos u otros.
Todo esto, como dije en el anterior comentario, viene documentado en el libro "Las hurdes de Buñuel" de Javier Herrera, que ahora me es imposible leer, y coincide con la tesis de Mercedes Ibarz que nos indicaba Yole. Así me lo hicieron llegar unos estudiantes catalanes de Audiovisuales.
Un abrazo, pasado mañana estaré en el recinto Miguel Ríos de Rivas-VaciaMadrid, en el Festival Sonisphere, y es que podemos disfrutar en La Haba de tan pocos conciertos. De nuevo, la ironía.
