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LA HABA: No sé qué IGUALA se puso primero en marcha, si la de...

No sé qué IGUALA se puso primero en marcha, si la de don Fernando el médico y la de don Valeriano el practicante, o la de señó Ricardo el barbero: mi familia, quera mucha, estaba igualá con tós ellos. Y hablando de gente jabeña entrañable, educada, sabia y trabajadora, tío/señó Ricardo, q. e. p. d., tiene que ocupar su sitio en el Foro. Yo, como a casi todo lo de entonces, en esto del afeitarme y cortarme el pelo le sigo siendo fiel hasta nuestros días, ya que cuando él dejó de darme “ese servicio” me lo comenzó a dar su aprendiz y casi prohijado, Juan Rebolledo (Magacela 1947): y hasta hoy. Cada mes visito a Juan “el de Magacela”, que no es mi barbero, o también, sino uno de mis mejores amigos, así de simple: esta herencia, me la dejó señó Ricardo.

Cada vez que voy a arreglarme, al terminar me dice: “Está usté servido, don Antonio”, y yo, indefectiblemente, siempre le contesto: “Gracias, señó Ricardo”. Es una clave que alguna vez ha oído extrañado algún que otro cliente ocasional en esa barbería seria que mantiene en la calle de Sánchez Barquiaztegui de Madrid: es una manera por la que, sonriéndonos, mantenemos vivo al maestro Ricardo, como él le llamaba y le llama en su hablar.

Juan Rebolledo, que lo quiso mucho, me contó una anécdota con uno de los igualaos, -precisamente, “Tolón”- que le infligió uno de los más grandes disgustos de su aprendizaje. La iguala, contractualmente, obligaba a “arreglar y a afeitar” cada cierto tiempo a cambio de una cuota mensual, amos, a dar un “servicio completo” a los igualaos (Manuel “Leño”, Carlos Godoy, Pablo “Carillas”, Nicolás “el Carnicero”, los “Rincones”, tío Joaquín “Carril”, etc., eran mu representativos en este servicio). Total, que tío Ricardo mandó a Juan a afeitar y a arreglar a Tolón, q. e. p. d.; tenía este una barba mu fuerte con la que Juanito tenía que tener mucho cuidado pa evitá cortarle: le bañaba, le brocheaba bien, le daba un pase y aluego otro, hasta quedarle la cara como el culo de un niño. Tolón, igual que Iñaki Anasagasti (ese vasco independentista, nacido en Venezuela, que tanto critica al Rey con razón, y él, no menos quel Bobón, lleva chupando de la teta del Senado Español toa su vida sin dar golpe), decía, que igual queste vividor vasco, Tolón sólo tenía un mechón de pelo en toa la cabeza, y se lo peinaba con un mimooooooooooo……; pos bien, Juan el de Magacela –que no fue alertado por señó Ricardo- de un certero tejiretazo, fue y se lo cortó. Buenoooo, buenoo, bueno, sólo él sabe lo que allí paso: Tolón le armó un “18 de julio” que nunca Juanito olvidará: porque Tolón era mu, pero que mu, agarrao y tenía mu mala leche, pero pa su mechoncito de cabello to el cariño del mundo y lo que hiciera falta: TOLÓN ERA MU COQUETO.

En fin, que macuerdo cuando subía esos dos escalones por los que se accedía a la barbería (que ahora se me antojan desproporcionadamente altos) y el maestro Ricardo, uno a uno, me preguntaba por todos mis familiares, qué como me iban losestudios, qué cuándo vendría mi padre, y siempre cosas mu entrañables. Y en esas conversaciones, llegaba su mujer, María (o, por defecto, su hija Lorenza), y le pedía dinero pa comprarle la verdura a Tomás, de Magacela como Juan, y tío Ricardo paraba la faena –no con mu buenas pulgas- abría el monedero (un chocho negro, me parecía el portemonea) y le daba unos reales papagarlo. Macuerdo también de su burra, del jocino prendío en los jaces de yerba que traía pa los conejos y palgún borreguillo que, en muchas ocasiones, cabresteaba trasdél.

Gloria y recuerdo pa él y su familia,