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LA HABA: “extremeños...

Igual que las centrales nucleares, que cada cierto tiempo hacen una parada forzosa con el fín de revisar aparatos y sistemas, parece ser que este santo foro ha echo lo mismo, hemos echo un alto, reflexionamos............. cogemos aire........ volvemos a reflexionar......... y......... ¡arrancamos!.

Quiero un hombre sin fanfarrias que te iga
los sentires que se jinchan mu p'adrento,
jasta cuando que revientan en paliques
que los ojos arrebuscan en el suelo.

Quiero un hombre, quiero un hombre d'estos hombres
ya curtíos por el frío del invierno,
y tostaos por el sol del meyodía,
y bañaos po las aguas de febrero,
y besaos po la luna cuando duermen
en las eras, junt'al trillo, cara'l cielo.
Qu'estos hombres son los machos d'una raza
de castúos labraores extremeños
que inorantes de las cencias de los sabios
las jonduras d'otras cencias descubrieron
cabilando tras las yuntas
en la pas de los barbechos.

Ellos saben que la tierra labrantía,
seria, llana y arrogante'n los recuestos,
es la jembra que mantiene muchos hijos
con la juerza de la savia de sus senos;
y es la madre, y es la novia y es la hermana
del gañán que, con calor de macho en celo,
la colmara de cuidiados,
la regara con süores de su cuerpo,
la labrara con cariño,
derramara por sus surcos el granero
y supiera conformarse cual cristiano
cuando Dios, dende los cielos,
pa probá si eran mu jondas sus querencias,
malograra sus esfuerzos.

Qu'estos hombres qu'al amor de sus terruños
ayuntaron el sentir de sus adrentos,
despreciando la pereza sin descanso
de los hijos poltronaos del dinero,
con la juerte calentura de su gloria
que manó del corazón a sus celebros,
conquistaron pa los reyes de su Patria
los Peruses y los Méjicos,
y llenaron de pinturas sus iglesias,
y parlaron su sentir en los Congresos,
y cantaron la belleza de sus campos,
y elevaron sus plegarias a los cielos,
y murieron orgullosos por la causa
de las santas libertades de su pueblo...

Son asina los cachorros de la raza
de castúos labraores extremeños,
que, inorantes de las cencias d'hoy en día,
cavilando tras las yuntas, descubrieron
que los campos de su Patria
y la madre de sus hijos, son lo mesmo.

Si, esto decía Luis Chamizo, y no estaría mal releerlo de vez en cuando con el fín de no perder perspectivas, asentar los pies en la tierra, mirarnos el ombligo y levantar despues la barbilla con orgullo y humildad. Mas tarde, seria deseable, que plasmaramos vivencias, deseos, críticas, problemas, ruegos, súplicas, opiniones, realidades, sorpresas, espantos, risas, llantos, estupor, dolor, esperanzas,,,,, lo que cada cual quiera, pero ¡expresémonos! no abandonemos este bendito rincón, al que me consta que mucha gente se asoma con interes, saludos, jabeños.

“extremeños
que inorantes de las cencias de los sabios
las jonduras d'otras cencias descubrieron
cabilando tras las yuntas”

Extraigo estos incompletos cuatros versos, de los “Consejos del Tío Perico” que tú has transcrito, Paco, pa decirte -por creerlo firmemente- que cuánta razón tenía Luis Chamizo con estas reflexiones; porque si nos paramos a ver, detrás de una yunta, detrás de un rebaño, en medio de los cueros y satines de una zapatería de pueblo: hay un labrador, un pastor o un zapatero, que -entregados a su oficio- piensan, reflexionan y concluyen en sabios consejos que nos ayudan a ser más felices. No otra cosa debe ser la ciencia jonda.

Un abrazo jabeño,