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LA HABA: Creo, Tomás, que no lo has pillado. Como no es algo...

Ven conmigo, Vikki, déjame abrazar tu piel blanca, sentémonos entre los juncos a escuchar los versos que emanan desde el lecho del río. Sintamos la paz lejos de tanta caricatura humana. Verás, no te he contado que tuve una novia a la que le sobreexcitaba practicar sexo en lugares públicos, de modo que nos poníamos a faenar en la playa, en el cine, en recintos musicales abarrotados, en portales de edificios y hasta en el confesionario de una iglesia abandonada en un pueblo fantasma cerca de Teruel. Nuestras almas estaban condenadas y aquello ya no era un lugar sagrado, más bien el símbolo de una supina decadencia sobre una alfombra de misales y cancioneros carcomidos y llenos de polvo. Nuestro amor se desnaturalizó a medida que el mundo se nos fue haciendo pequeño. Porque el mundo se convierte pronto en una cárcel que te obliga a hacer recuento de las estúpidas ceremonias cotidianas, y ves como emerge una borrosa figura en la que ya no te reconoces. Y te abraza el miedo, el hastío, y sabes que el amor no te ha hecho diferente, que el tiempo todo lo destruye dejando en la superficie pálidas llamas de fuego fatuo.

Querido Pedro; de verdad me caes bien, tu personalidad y cultura a veces me despista pero tienes algo, eres "bijzonder" que diría un holandés.
Pero por favor cuando amaine el calor y tu mente se refresque (ahora está bastante calenturienta, cosa normal con los 40º que tenéis por ahí) nos deleites con mensajes menos lujuriosos jajaja. Es broma, espero no te molestes.
hay que darle hilo a la cometa para que esto no sea un cuasi monólogo del sufrido y admirado Leganés.

un abrazo cariñoso; sigo tu blog ciento y muchos mil.....

Puede que sí, amigo Tomás, y mi personalidad sea algo bijzonder (especial), tal vez sea eso a lo que se refieren algunos de los lectores que saturan mi correo cuando me tildan de "proxeneta de la cultura", para a continuación reconocer que mis escritos son adictivos y les hacen reflexionar durante bastante tiempo. Son los mismos que me alertan de que muchos de mis artículos son plagiados en la red, un ejercicio de vampirismo que ni siquiera me importa. No suelo moverme en lo que los alemanes llaman "zeitgeist" (el espíritu de los tiempos), dejando claro que nada me importa el clima intelectual y cultural de mi época. Personalmente siempre me consideraré un outsider.

En mi la nostalgia siempre tiene un carácter corrosivo, por eso pienso que la eternidad debe ser una maldición, y no tengo la mente calenturienta (eso sería algo pasajero), voy más allá, soy un erotómano, febril es mi estado permanente, lo que en un mundo dividido en dos grupos: los que lloran y los que venden pañuelos, me sitúa en tierra de nadie, con los alicientes que eso conlleva.

Me gusta que te despiste mi personalidad y cultura, es lo que pretendo, lo que en realidad me defraudaría es que te resultase indiferente. Tampoco me enfado, saldríamos todos ganando si mucha gente presumiese de tu exquisita educación. Me gusta la crítica, odio la intolerancia.

un abrazo, amigo, cuídate. Yo aprovecho para comentarle a Leganés que el tema "musical" que me inunda de una insoportable nostalgia es "La minifalda", de Manolo Escobar, la nostalgia de una infancia de mierda en que el cutrerío y el pegajoso olor a naftalina empapaba todos los rincones de baúles y mundos. Algunos todavía siguen en ello, me da igual, yo fumo debajo del agua.

Anda Pedro no exageres; tirando de Wikipedia para estar más seguro, no creo padezcas un trastorno metal tan poco frecuente.
Creo eres mas bien un contestario peleado con gran parte de la sociedad, de ahí tu sarcasmo, que si no se entiende desde un punto de vista amplio e imparcial, puede resultar agresivo y a veces irreverente. En fin amigo Pedro; como me defino tolerante irreversible, te respeto y aprecio tal cual eres y me quedo con tu parte buena.
Un abrazo y para temas màs personales, si prefieres utilizamos nuestros correos privados. buenas noches desde den haag.

Creo, Tomás, que no lo has pillado. Como no es algo íntimamente personal, te lo aclaro desde aquí: Yo no tengo una parte buena y una mala, no más que las que puedas tener tú o cualquiera. Es decir, no soy el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. De hecho, mi existencia discurre al albur de los tiempos como todas las demás: Comparto mi vida con una mujer desde hace 24 años y a la que llevo 11 justos. Ella me quiere, me cuida y me calma, algo que, por supuesto, es recíproco; tengo dos hijos maravillosos que hasta ahora cumplen con sus estudios y la honradez que les exijo, sobre todo el mayor, porque el otro es todavía pequeño. Tengo, de momento, la suerte de trabajar en lo que me gusta; y el ocio, gracias a las acreditaciones de prensa, me sale gratis. Ya sabes, cines, conciertos y teatros, aunque esta última expresión no me emociona.

Otra cosa es que sueñe, que como diría Michell Houellebecq, otro de mis escritores favoritos, con la posibilidad de una isla, y me sitúe fuera del perímetro fijado por el establishment y la opinión popular. Me fío más de mi catadura moral y mis valores sociales que de todos esos que bajo la manta de la democracia y el fantasma de la libertad se atreven a darnos lecciones de ética mientras dan rienda suelta a todo tipo de desmanes y corruptelas.

Si eso es ser contestario, lo soy en grado sumo. Es por eso que me considero un outsider. En el mundo que yo heredé sólo había tres salidas: ser un inadaptado, un trepa político o un aventurero profesional. Las aventuras siempre las he vivido a través del cine y los libros, la política siempre la he considerado el arte de la mentira (ningún político podrá ser nunca un referente para mí), de modo que me convertí en un sarcástico inadaptado.

Pero hay muchos como yo, de hecho, con todas las personas con las que mantengo una relación de amistad debido a mis actividades, tanto aquí como en Barcelona, se sienten muy cercanas a mis pensamientos y mis gustos.

No soy un visionario, amigo Tomás, ni sufro más trastorno que aquel que me produce vivir entre los escombros de una nación. Sólo que, la absoluta lucidez, la seguridad del sonámbulo, hace que algunos suframos más que el resto.

Un abrazo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Querido Pedro; mi convencionalidad me impide dialogar, y menos por escrito, con
personas que, por suerte para ellos, están en una onda que no sintonizo si no
me inician. Me rindo Pedro; antes de seguir por un camino con el riesgo de hacer "aquaplaning".
Espero podamos hablar personalmente. Te prometo hacer un esfuerzo para intentar conectar contigo. Lo que más deseo es aprender, y más de una persona tan beijzonder como tú.
Un abrazo Pedro y hasta pronto.