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Creo que la primera vez que ví el mar, contaría yo con 10 años, más o menos, aprovechó mi padre un viaje a recojer una familia al Puerto de Santa Maria y me propuso acompañarlo. Cuando a la caida de la tarde subimos al coche, la excitación inicial por el cercano acontecimiento dio paso a un sueño profundo, sueño noble, despreocupado de la infancia y que se refleja perfectamente en el rostro del niño que duerme.
En algún momento, en el transcurso de la madrugada, llegamos a nuestro destino y mi padre aparcó en el, a esa hora, desierto paseo marítimo, procediendo a retraer el respaldo del auto y descabezar el sueño y cansancio acumulados durante trayecto.
Pasadas algunas horas, yo desperté, e incorporándome en el asiento, asistí a uno de los momentos mas emocionantes y bellos que recuerdo de mi vida, allí delante de mí estaba el mar, ¡el mar!, que inmensidad, que azul, que sonoro, que impresionante, recuerdo que abrí la puerta del coche y cerrándola suavemente, para no perturbar el sueño de mi padre, comencé a caminar por la arena, me despojé del calzado y sentí la frialdad y la humedad de la arena bajo mis pies, durante cinco minutos largos creo que pensé que el único habitante que en ese momento existía en el mundo era yo, el sol comenzaba a aparecer sobre el horizonte, era feliz descubriendo esa majestuosidad a los ojos de un niño de 10 años, luego, el ruido de una enorme máquina que limpiaba la arena me devolvió a la realidad, ví lo que me rodeaba, gaviotas volando bajo, algunas rebuscando en la arena, gentes trabajando en la playa, en fín, el mundo empezando a ponerse en marcha un día mas, y al mirar tras de mí.... la sonrisa de mi padre que me observaba no sé desde cuando, pero que reflejaba su felicidad por lo que me había ofrecido en ese momento.
Creo que leer algunos comentarios de este foro es lo que me ha impulsado a contaros esto amigos, ¡RECORDAR ES VOLVER A VIVIR!, y necesitamos nutrirnos de nuestro pasado para saber donde vamos, siempre debemos tener presentes a los que tanto significaron para nosotros y su recuerdo así se eterniza, saludos, jabeños.
En algún momento, en el transcurso de la madrugada, llegamos a nuestro destino y mi padre aparcó en el, a esa hora, desierto paseo marítimo, procediendo a retraer el respaldo del auto y descabezar el sueño y cansancio acumulados durante trayecto.
Pasadas algunas horas, yo desperté, e incorporándome en el asiento, asistí a uno de los momentos mas emocionantes y bellos que recuerdo de mi vida, allí delante de mí estaba el mar, ¡el mar!, que inmensidad, que azul, que sonoro, que impresionante, recuerdo que abrí la puerta del coche y cerrándola suavemente, para no perturbar el sueño de mi padre, comencé a caminar por la arena, me despojé del calzado y sentí la frialdad y la humedad de la arena bajo mis pies, durante cinco minutos largos creo que pensé que el único habitante que en ese momento existía en el mundo era yo, el sol comenzaba a aparecer sobre el horizonte, era feliz descubriendo esa majestuosidad a los ojos de un niño de 10 años, luego, el ruido de una enorme máquina que limpiaba la arena me devolvió a la realidad, ví lo que me rodeaba, gaviotas volando bajo, algunas rebuscando en la arena, gentes trabajando en la playa, en fín, el mundo empezando a ponerse en marcha un día mas, y al mirar tras de mí.... la sonrisa de mi padre que me observaba no sé desde cuando, pero que reflejaba su felicidad por lo que me había ofrecido en ese momento.
Creo que leer algunos comentarios de este foro es lo que me ha impulsado a contaros esto amigos, ¡RECORDAR ES VOLVER A VIVIR!, y necesitamos nutrirnos de nuestro pasado para saber donde vamos, siempre debemos tener presentes a los que tanto significaron para nosotros y su recuerdo así se eterniza, saludos, jabeños.