LA HABA: Perico; ya que estás interesado por el sistema social/económico...

QUIERO DEDICAR ESTA CRÍTICA AL AMIGO A tresbolillo, EN LA SEGURIDAD DE QUE ALGÚN DÍA TENDREMOS LA OPORTUNIDAD DE CONOCERNOS. ESPERO QUE TE GUSTE, ES PARA MÍ UNA DE LAS MEJORES PELIS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS. SALUDOS CORDIALES.

Magistral film de culto que envía un mensaje demoledor
EL PROFESOR (DETACHMENT)
DIRECTOR: TONY KAYE.
INTÉRPRETES: ADRIEN BRODY, CHRISTINA HENDRICKS, SAMI GAYL, MARCIA GAY HARDEN, JAMES CAAN, LUCY LIU.
GÉNERO: DRAMA / EE. UU. / 2011 DURACIÓN: 97 MINUTOS.

La problemática en las aulas ha sido siempre un tema recurrente en el que el cine ha buceado desde los clásicos Semillas de maldad (Richard Brooks, 1957) o Rebelión en las aulas (James Clavell, 1967), hasta las muy mediocres Curso 1984, El Rector, Mentes peligrosas, la resultona Precious (Lee Daniels, 2009) y la excelente Elephant (Gust Van Sant, 2003). Partiendo de esta preocupación temática, el sorprendente Tony Kaye lo ha vuelto a conseguir como ya lo hizo en su ópera prima American History X (1998), presentándonos la mejor película focalizada en ese convulso contexto. La triste y corrosiva, en el original DETACHMENT (Indiferencia), es tan buena que hace daño, remitiendo un mensaje absolutamente devastador sobre la conciencia humana y el declive de este destartalado estado del bienestar.

Con un sólido libreto firmado por Carl Lund, el film centra su objetivo en la rutina del profesor sustituto Henry Barthes (un Adrien Brody pluscuamperfecto), brillante docente con la habilidad de conectar con los alumnos, aunque procura no pasar mucho tiempo en cada instituto para limitar el tiempo que convive con los alumnos evitando así cualquier conexión. Esas pocas semanas que pasa en cada colegio hace que su profesión sea perfecta para no sentirse obligado a desnudar su alma, pero cuando el nuevo trabajo le asigna un centro que está a punto de ser clausurado, el distante mundo de Henry se ve alterado por tres mujeres: una profesora, una alumna y una joven prostituta.

Este cronista ha llorado pocas pero señaladas veces en el cine; siempre lo hago compulsivamente durante el desgarrador monólogo de Marlon Brando ante el cadáver suicida de su mujer en El último tango en París; aflicción que de forma irreprimible también me asalta durante la secuencia del metro parisino cuando Juliette Binoche se ve acosada por un grupo de magrebíes y sólo un anciano sale en su defensa en la magnífica Codígo desconocido de Michael Haneke, o en la escena final de La lista de Schindler cuando un magnético Liam Neeson se despide de sus tan agradecidos como asustados protegidos.

Tal vez DETACHMENT resulte demasiado expansiva y ambiciosa en sus aspiraciones, pero una vez más una película ha logrado conmoverme hasta la congoja y el llanto en un ejercicio sublime de cómo una escena puede ser tan incisiva y demoledora en su planificación como en su reflexión intrínseca: presten atención a la imagen de Adrien Brody llorando abatido por su enorme carga existencial en un autobús en el que viajan dos pasajeros más, esto es una joven prostituta, Erica (una espléndida y preciosa Sami Gayl a la que el profesor tratará de salvar), ocupada haciéndole una felación a un viejo vagabundo que finalmente la paga con una bofetada. Esa secuencia esencial resume la complejidad de una cinta que conecta al espectador con la atmósfera de un mundo que hace pagar un peaje muy alto a los seres sensibles tomando como columna vertebral el sistema educativo y buscando siempre la implicación emocional del espectador.

Tony Kaye utiliza un estilo cercano al documental para a través de la mirada de nuestro afectado protagonista (lastrado por la trágica muerte de su madre durante su infancia y con su abuelo –al que adora- recluido en un geriátrico), dibujar un tenebroso lienzo en donde estudiantes carentes de estímulos muestran un total desinterés por la educación, la cultura y la sociedad en la que viven, la misma indiferencia que muestran sus padres por su educación y porvenir, y unos profesores a los que se les hace difícil enseñar a unos alumnos que tal vez piensen que su futuro sólo les deparará un trabajo aburrido por el que tampoco mostrarán ningún interés. Adrien Brody, que busca refugio en las cosas sencillas y bellas, en la literatura, es el hilo conductor que le sirve al director para indagar en la desolación de una sociedad decadente donde reina la apatía, desafecto que carcome las relaciones interpersonales y todos marcan distancias en su lucha por sobrevivir.

Haciendo uso a veces de un tono experimental (esas transiciones a modo de animaciones en la pizarra), la sordidez y la brutalidad son chispazos que alertan sobre nuestra responsabilidad: ese niño matando a golpes a un gato atrapado en un saco, una fotografía de una vagina infectada como símbolo de una sexualidad alocada, o el suicidio público de una talentosa y solitaria alumna que pudo haberse evitado con un poco de ánimo y comprensión. Estamos ante la mejor película del pasado año, un relato que cubre de negrura un escenario desolador e invita a la serena introspección. Para el recuerdo quedará esa memorable escena que cierra la cinta: Brody sentado sobre su mesa de profesor leyendo pasajes de “La caída de la casa Usher”, de Poe, en el fondo de un aula vacía y ruinosa. El verbo floreciendo en medio del caos.

Me olvidé; el viernes pasado estuve en New York y me invitaron a ver la película
THE BUTLER. Si no la has visto, no se si se ha estrenado aquí, ve a verla cuando puedas. Para mí magnifica en todo; guión, interpretes.......... P. F. envíame tu crítica si la haces; ó una opinión en modo flash. Abrazo.

No, amigo Tomás, THE BUTLER todavía no se ha estrenado en nuestro país, y quiero verla porque tengo ganas de ver una peli redonda del director afroamericano Lee Daniels (en mi crítica de EL PROFESOR) cito un film suyo, PRECIOUS, que aunque resultona no estará en el altar de mis intocables del cine. THE BUTLER, que en España se titulará, EL MAYORDOMO, como ya sabrás cuenta la vida de Eugene Allen, un mayordomo de color de la Casa Blanca que sirvió a ocho familias de presidentes estadounidenses a lo largo de tres décadas. el reparto me estimula muchísimo.

Gracias, amigo, por recomendar a los foreros mi blog, que se encuentra en una buena dinámica. No has leído la crítica de EL PROFESOR porque tienes que clikear en entradas antiguas, te encontrarás algunas sorpresas agradables.

En fin, amigo, déjame que insista, te envidio, y si algún día un Partner me invita, me gustaría tomar contigo un Daikiri en Los Ángeles, o en Mountain view, que es uno de los lugares desde donde más visitas recibe mi blog, aunque como es la ciudad más cara para vivir de Estados Unidos y donde residen los grandes empresarios, será con invitación o no será.

Un abrazo, cuídate, estaremos en contacto.

Conozco muy bien tanto Mountain View, como Palo Alto. Pasé dos años 1976/78; entre la Stanford University y el Silicon Valley. Tengo amigos/conocidos de esta
ricos de apestar (Tim Cook, Paul Allen, Bob Mcgraw....) Ambas ciudades, como Mérida en habitantes, preciosas vivibles al
máximo y con el mayor número de superricos/m. c del mundo.
Solo conozco bien la faceta de la tecnología, muy poco las artísticas. Mi paso por allí tenía carácter de formación muy intensiva, no tenía tiempo para otra cosa. Nunca es tarde, solo hay que proponérselo.
abrazo.

Pues sí, amigo, con voluntad y un poco de suerte... Hablando de otro tema, es curioso que coincidiendo con el 50 aniversario del discurso "I have a dream" del reverendo Martin Luther King, llevo un par de semanas leyendo un libro titulado "La ejecución de Martin Luther King: un acto de Estado", de William F. Pepper, en el que el escritor revela, tras años de investigación, el plan urdido desde el Estado para eliminar a Luther king, y cómo fueron eliminadas las pruebas que inculpaban a Hoover, el FBI, la CIA y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, y cómo, en 1999, al dictaminarse finalmente la verdad de estos hechos, volvieron a ser silenciados desde el Estado y los medios de comunicación.

El libro se publicó en 2003 y lo compre en un mercadillo, y el tema viene a cuento porque a mí, que me interesa mucho la historia y los convulsos avatares de esa gran nación norteamericana (el Dr. King realizó de ella una radiografía perfecta diciendo "El mayor proveedor de violencia de la Tierra es mi propio país") se me hace difícil pensar en ese país sin que me asalten una retahíla de reflexiones sobre conspiraciones, magnicidios, intervenciones militares y asesinatos provenientes de un sinfín de libros, documentales y películas.

Fíjate, en la tarde del 4 de abril de 1968, King se encontraba en Memphis apoyando una huelga de los trabajadores de la ciudad. Al caer el día tiradores de élite se hallaban apostados para abatirlo si así se les ordenaba. Dos funcionarios militares estaban situados en el tejado de un parque de bomberos en las proximidades del hotel donde se alojaba King para fotografiar los hechos. James Earl Ray sólo fue otro chivo expiatorio que colocaron en la escena del crimen, los tiradores desaparecieron, todos los testigos que no pudieron ser controlados fueron asesinados y la escena del crimen fue destrozada.

¿Qué te parece, amigo? Como reflexión, da miedo ¿verdad?.

Un abrazo, seguiremos en contacto.

Perico; ya que estás interesado por el sistema social/económico de EE. UU: me gustaría darte mi visión de este país y su gente.
Es muy extenso mi análisis y no me atrevo a sintetizar un asunto tan complejo y controvertido, sin despertar opiniones que al no poderlas razonar con argumentos prefiero tratarlas de viva voz y con presencia.
Seguro tendremos ocasión de debatirlo personalmente. Te lo prometo.
buen fin de semana.