LA HABA: No sin antes añadir que el personaje que se empotró...

Hoy, conscientemente, he querido rememorar (aun con la cuota de nostalgia, o melancolía que hay que paga, porque a veces este ejercicio por repetitivo raya lo enfermizo), he querido recordar, decía, cuando allá por los años sesenta, en la carrtera de Vva. a La Haba, justo donde se ubicaba una caseta de los peones camineris, parábamos la bici y observábamos dos imágenes preciisad que hoy han desaparecido: una, un arco vegetal de cino km. que unía verdemente los dos pueblos, nunca supe qué tipo de árboles eran los que formaban esa bóveda tan hermosa, hoy pienso que eran aligustres; la otra, era contemplar con qué perfección se dibujó la traza de la carrtera para que contemplásemos las dos torres de las igledias, de campana de Santiago a campana de San Juan Bautista.

Los árboles, que de noche y entresiesta daban mucho miedo porque de ellos salían los "casasevos" (sacasevos), desaparecieron un mes de 1962: un hombre importante del "Movimiento" se mató al chocar el coche que conducía contra uno de ellos. Y una orden del antiguo MOPU los mandó arrancar de raíz para siempre: una jodía pena.

Las torres, desde ese punto, tampoco se ven a la par: porque la mala gestión urbanística jabeña permitió la construcción de casas altas que hoy impiden ver esa espléndida panorámica.

Y dejo describir porestar mu cansao con este inmóvil que me cansa letra a letra tanto, o más, que vareá aceitunas, asín que sos dejo.

No sin antes añadir que el personaje que se empotró en el ábol, y no el árbol en él, hoy hubiera dado positivo: PERO ENTONCES ECHARON LA CULPA AL ÁRBOL, y la sentencia fue PENA DE MUERTE PARA CINCO KILÓMETROS DE ÁRBOLES DE SU MISMA ESPECIE. Jejeje, por no llorar.