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LA HABA: Sí, Pedro "Cantina" es mi amigo Pedro Sánchez Martín,...

Sí, Pedro "Cantina" es mi amigo Pedro Sánchez Martín, o sea, PEDRO "SARDINA". Lo digo ahora después de que él me autorizara y, emocionado, recordase lo que más arriba está escrito y que, siendo un relaro real pero novelado, lo suscribe al pie de la letra. Hoy, luego de una conversación el pasado mes de agosto en casa del Chorrasquero, quiero añadir algo más.

Muerta su querida galga Silvana por la brutal patada que le propinó aquel criminal expolicía, un tal Julio, la reacción de Pedro fue fulminante; me cuenta literalmente: "Ese día, questaba yo con Venancio, hijo del 'Zapatero'", nieto de tío Justo 'el de la taberna' pude perderme pa to la vida; cogí el rastrillo con el que estaba enreando -porque estaba a jornal y no a destajo- y me fui paquel criminal y si no es porque las mujeres del Arroyazo me quitan el revesino, le jundo la cabeza a rastrillazos; aluego después, cuando fi a declarar al ayuntamiento, el jefe de los municipales, un tal Pepe, me dijo que si lhabía matao no se perdía na".

La perra estaba allí muerta en la acera a la vuelta de Pedro. Luego llegó Manzano (el contratista adjudicatario para el arreglo de la calle) y le preguntó la manera de proceder con el cadáver, a lo que este le contestó que quería darle sepultura. Esperó a Candelo "Cucala", entonces sacristán de la parroquia de La Haba, quien por instrucciones de Pedro (y aceptando 10 pesetas que le entregó Manzano) echó la perra en una carretilla de obra, átravesó la calle Dato de don Benito seguido de Pedro como doliente y, probablemente, en lo que hoy es la calle Isla, enterrara a la galga Silvana: Pedro se quitó su sempiterna gorra mientras Candelo sepultaba al animal.

(Hace tres meses, su perra "Escarcha", tuvo seis galguillos: el primero, muerto y el segundo, también; el tercero y el cuarto vivos, los disfruta él y su hijo; el quinto, vivo, se lo ha dado al dueño del galgo que montó a la madre: fue un trato; y el sexto, estaba mu muerto desde el principio: "Escarcha", al final del parto -que duró dos días-, se levantó renqueante, bebió agua y se cayó muerta al suelo. "He criao a los galguillos con leche, cada bote 12 leuros", me ha dicho Pedro.

Saludos,