Con la muerte de este cura que, quiero pensar que no habrá dejado ningún descendiente (claro, que le pueden poner su nombre a algún sobrino),
España pierde uno de sus 58 Candelos; y la
fiesta que llaman "nacional", un aficionado.
Me temo, YOLE, que vas a registrar pocos "Candelitos". Saludos,